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En estos tiempos las relaciones cada día se van haciendo más efímeras, inconsistentes, destructibles. El empeño que ponemos en ellas es tan vacío, flojo, lleno de apatía e impaciente, hoy por hoy y no lo digo por las nuevas generaciones, sino por todos en general, ya no luchan por lo que quieren en verdad, ya no tratan por todos los medios de dar lo mejor de cada uno.

Hoy los compromisos se los lleva el viento, las palabras se vuelven huecas y los sentimientos se quedan suspendidos en el aire esperando pase alguien y los pueda volver a juntar, los corazones se quedan vacíos esperando llenarse de nueva cuenta, es tan fácil cerrar un capítulo y que comiencen muchos capítulos más.

Pero creo que las cosas no deben ser así, cuando alguien tiene la verdadera intención de hacer un compromiso de alma y corazón, una unión aunque no exista papel alguno que lo sustente, con el simple hecho de hacerlo de corazón y palabra debe contar, pero a veces las parejas no sabemos afrontar los problemas, los baches que se nos van presentando en el camino, cada obstáculo que debamos derribar.

Es más que claro que todas las relaciones sentimentales tienen conflictos y una serie de barreras que enfrentar, pero cuando existe el amor verdadero todo se debe resolver y no con un “aquí se rompió una taza”.

En este mundo todas las personas que los habitamos somos tan diferentes entre sí, y como parejas debemos entendernos, conocernos, platicar y sobre todo darle seguimiento y arreglo a cualquier situación.

Pero en estos tiempos es tan fácil renunciar a aquello a quienes decíamos amar con el corazón, es tan sencillo romper una promesa, anular un compromiso, deshacer una unión, marcharse sin pensar en otra opción, creo que el arte de amar es tan simple y efímero, que cuando en verdad existe el sentimiento debes estar mil por mil completamente seguro que deseas formalizar algo, que te nazca, que desees en verdad, no se trata de llenar soledades, de seguir un impulso del momento. Un compromiso es algo serio con lo cual no debemos jugar y mucho menos ilusionar a quien en ese momento es parte de nuestra vida.

Las relaciones como en todo merecen su tiempo, su espacio y sobre todo crear un gran vínculo de comunicación, respeto y sinceridad.

Hoy me atrevo a afirmar que las nuevas relaciones se han hecho tan efímeras, porque no existe un verdadero sacrificio, no nos gusta renunciar a nuestra zona de confort, a nuestro tiempo individual, a nuestra “libertad”, a nuestras “amistades” y con esto no digo quedarnos sin amistades y no volver a salir solos (as), pero la verdad es que cuando se está dentro de una relación cambia algo de nuestro tiempo, compromisos y el tipo de amigos (as) y sobre el trato para con ellos (as).

A veces no es amor lo que estamos buscando, quizá muchos temen a su soledad, o quieren a alguien para ratos de entretenimiento y de fiesta, pero no deseas un compañero de vida y claro

también se prefiere pasar el tiempo con muchas personas, que entregar tu compañía, tiempo y disponibilidad a una sola. Recordemos que muchas veces entramos a una relación por cuestión física, por sentir una química; pero no por querer encontrar el verdadero amor, ya que al encontrar a alguien mejor abandonamos todo a la menor provocación.

La verdad es que todo mundo es fóbico al compromiso, temen a sentirse atados de por vida a alguien, a percibir cada día el mismo olor, ver el mismo rostro y sentir las mismas caricias. ¡Vaya tontería!, si nos diéramos cuenta que precisamente el amor y el compromiso hace mejor nuestra existencia y que entregarnos por completo equilibra nuestros pensamientos, nuestro corazón y nos aligera el alma.

Por ahí leí un texto que al tipo de relaciones tan casuales y efímeras les llaman amor líquido y es justo así, lo dejamos ir de nuestras manos en un abrir y cerrar de ojos, sin darnos el tiempo suficiente de vivirlo, sin lucharlo. Hoy se cambia de pareja, como si fuera cualquier cosa, tenemos un equilibro emocional tan frágil, que nos aferramos a elegir nuestra individualidad y no el atarnos a un compromiso, a una relación.

Recordemos que no podemos pensar que el amor en pareja es miel sobre hojuelas y la felicidad será por los siglos de los siglos, el hecho de estar junto a alguien transforma nuestro entorno, nuestra vida y nuestro mundo, siempre existirán momentos difíciles, ya que básicamente se está con una persona diferente a nosotros, y ahí radica el verdadero compromiso, enfrentar cualquier situación y que valga la pena.

Por ahí leí esto que dice: “El amor no encuentra su sentido en el ansia de cosas hechas, sino en el impulso a participar en la construcción de esas cosas” –Zygmunt Bauman-

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