«El Turista» me ofreció una de las introducciones más impactantes que he visto en una mini serie. Es indispensable buscar entre series hasta encontrar algo que bueno para ver y oir.
Desde el primer momento, el protagonista se ve inmerso en un escape funcional, desencadenando una serie de eventos intrigantes que mantienen al espectador pegado a la pantalla.
Me gusta revisar las bios de los participantes, la serie es creada por Pablo Solarz y Mariano Cohn, creo que su visión logra cautivar de manera magistral.
La trama gira en torno a un hombre sin memoria que despierta en un pequeño pueblo y se ve obligado a descubrir su identidad mientras se enfrenta a situaciones peligrosas y desconcertantes.
El personaje principal, lleva al espectador en un viaje emocionante lleno de situaciones inesperadas, de las que parece salir fácil y sin consecuencias.
Se nota el buen trabajo de dirección de Solarz y Cohn es impecable, creando una atmósfera envolvente que sumerge al espectador en la historia desde el primer momento.
Los paisajes desolados, la música y algunos detalles sonoros de elementos cotidianos dan la impresión de tener cinematografía cuidadosamente elaborada, sentir que existe un buen trabajo añade una capa adicional de misterio y tensión a la narrativa que percibo desde mi sillón, en la noche y con la luz apagada.
Los personajes secundarios también son destacables, cada uno con sus propias motivaciones y secretos que contribuyen al desarrollo de la trama. Son vidas trágicas que generan un sentimiento de pena y dolor que genera empatía emocional.
Desde los habitantes del pueblo hasta los misteriosos individuos que aparecen en el camino del protagonista, cada personaje aporta una nueva capa de complejidad a la historia.
«El Turista» presenta un sentido esquizofrénico que desafía las percepciones del espectador, ya que en la mayoría de las ocasiones la mente puede interpretar diferentes perspectivas según la experiencia de cada individuo.
Las redes de apoyo en la serie pueden ser tanto positivas como peligrosas, llegando incluso a la pérdida de escrúpulos.
Los personajes que rodean al protagonista ocultan verdades y tienen agendas ocultas, lo que genera un constante factor de temor y duda en cuanto a lo que es realmente cierto.
La serie juega con la ambigüedad y las máscaras que los personajes utilizan para ocultar sus intenciones, manteniendo al espectador cuestionando cada revelación.
A pesar de que «El Turista» intenta generar un tono realista, sus actos a menudo se desvían hacia una nueva ficción que desafía la credibilidad del espectador.
Esta fusión de elementos esquizofrénicos, la exploración de la percepción subjetiva y la constante incertidumbre contribuyen a hacer de «El Turista» una experiencia televisiva fascinante y única, que nos hace sentir que cada persona de nuestro entorno está viviendo situaciones que por algún momento son incomprensibles.
Son este tipo de series que puedo ver dos veces y comenzar sin parar hasta llegar al final de cada capítulo. La recomiendo.
trodos Mercado Redactor