Una niña que caminaba en un rancho junto a su padre, que le advierte no mires a la mujer que va a pasar, pero desobedeciendo la observa y se da cuenta que la que transitaba junto a ella era la misma muerte.
Cesar Guevara nos envió esta increíble historia a nuestro grupo en Facebook “Mitos y Leyendas de Monterrey y del Mundo” en ella nos narra lo que le sucedió a su mamá cuando era apenas una niña pequeña de 6 o 7 años aproximadamente y que la marcaría en su vida para siempre ya que lo que vio junto a su padre nunca lo podrá olvidar.
Guevara nos narra: “Esta historia me la contó mi madre, ella tenía 6 o 7 años de edad en ese entonces, cuando le ocurrió algo muy extraño y sucedió en un poblado de Tamaulipas en donde ella vivía de niña.
Mi madre me contó que un día fueron a visitar a un tío que vivía en otro pueblo que no estaba muy lejos y se les hizo tarde al momento de regresar, el camino a los lados eran parcelas, puro monte, no había casas y solo los alumbraba la luz de la luna en esa noche oscura, mi abuelo le dijo a mi madre que iba pasar una señora que era muy mala, que no volteara a verla, esa persona venía en dirección hacia donde estaban caminando”.
Al transitar frente a ellos la niña desobedeció las recomendaciones de su padre y volteó a ver a la mujer que tenía un vestido blanco con encajes como los que usan las novias, también se dio cuenta que tenía la cara de la muerte ya que lo que vio fue una calavera en lugar de cara; no se le miraban los pies, eran como humo, solo se le miraba arriba de los tobillos y al pasar se movió el zacate como cuando lo mueve el viento.
Verdaderamente la niña miró a la muerte, o solo fue la imaginación de una pequeña asustada por la oscuridad de la noche, realmente nos interesa saber tu opinión, porqué tu amable lector tienes la última palabra.
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