Este es uno de los aspectos más importantes de nuestra vida en comunidad, con ello evitamos literalmente “la guerra”; guerra entre familia, vecinos, colonia, poblados, ciudades y naciones. Respeto hacia otros sería aceptar lo que literalmente lo de “cada cabeza es un mundo”, cada persona tiene sus propios gustos, forma de pensar y hasta actuar y aunque no estemos de acuerdo con ello debemos de aceptarlo y ser tolerantes.
Respeto por los demás no significa no respetarnos a nosotros mismos dejando que nos maltraten ya sea física o verbalmente, ni tampoco significa que debemos pelear por todo en lo que no estemos de acuerdo, cada una de los seres humanos debe tener libertad de credo, libre tránsito, pensamiento político, deportivo, educativo, etc., siempre y cuando cada uno de nosotros respetemos las reglas, normas y leyes que se hicieron para controlar a las masas y no generar caos. Si cada uno hiciera lo que se nos place sin importar molestar o dañar a otro viviríamos en constantes conflictos, aunque a pesar de todo eso los hay.
Existen personas que creen que sus derechos prevalecen por encima de los demás y esa es una de las razones por la cual se crean los conflictos y hasta la guerra. El tener más dinero, inteligencia o pertenecer a algún grupo social o religioso no nos da más derecho que otros, todos tenemos los mismos derechos y obligaciones para con nuestra sociedad, cuando todos sin excepción entendamos esto tan simple tendremos la vida y respeto que cada uno nos merecemos.
Hay personas que sin quererlo, y por la forma en que los educaron y porque toda la vida lo han hecho, piensan que están en lo correcto y también es nuestra obligación y responsabilidad -y sin entrar en conflictos o pleitos- hacerles ver que dependiendo del lugar donde viven hay normas que hay que seguir, eso es lo que hace un buen vecino.
Hasta en nuestra familia debe de existir el respeto ante nuestra pareja y nuestros hijos, los gustos por la comida, su forma de vestir de hablar, de las actividades que quieran realizar, y es obligación de cada uno de los padres, y en conjunto, aconsejarlos y educarlos con razones según los usos y costumbres de nuestra familia, religión y comunidad de lo que es o no correcto, así de esta forma evitaremos se metan en problemas y vivan felices que a fin de cuentas es uno de nuestros sueños como padres. Nunca es tarde para enseñarles, a lo mejor tampoco nosotros sabíamos que era lo correcto o incorrecto.