¡Qué maravillosa sensación al completar un objetivo! ¡Hoy puedo celebrar y exclamar feliz y agradecida que es momento para celebrar!
Hace muchos, muchos meses, acumulé una deuda que parecía imposible de saldar. Cada mes crecía, cada día me producía intranquilidad, cada noche me causaba insomnio… se convirtió en mi primer preocupación cada mañana al despertar.
Entonces, cansada de la situación, presionada y decidida a liberarme de esa intranquilidad, tomé una libreta y una pluma y comencé a trazar un plan para saldar esa deuda a la mayor brevedad. Le di mil vueltas, hice mil ecuaciones… nada parecía funcionar. Pero mi decisión fue mayor que la dificultad y me enfoqué en encontrar esa solución que parecía esconderse, sin embargo, decidí seguir buscando hasta encontrarla, ya no quería evadir ni un día más mi responsabilidad.
Me creí exitosa… me transformé
Ya con mi plan bien estructurado para salir de la deuda en un plazo de doce meses, comencé a trabajarlo día a día. Fue más fácil de lo que me había imaginado. Eliminé algunos gastos, otros los disminuí, y aún así, no fue necesario privarme de algunos caprichos… simplemente tuve que enfrentar la situación desde una perspectiva realista y me propuse ir colocando «un ladrillo a la vez».
Dejé de enfocarme en las razones por las que no podía salir de ese atolladero, y puse mi atención en las opciones que tenía para resolver esa situación que me tenía atrapada. Estaba harta de los bloqueos que esa deuda me provocaban en varias áreas de mi vida, física, mental y espiritualmente. Lo primero que hice, después de trazar mi plan, fue creer en mi misma, confiar en mis capacidades… Me concedí un voto de fe.
Parecía una meta titánica, así que la dividí en pequeños objetivos, y cada pago que hacía, cada paso que daba, se fue reflejando positivamente en mi autoestima, sentí incrementar mi entusiasmo… cada día confiaba más en que podía lograrlo… ¡Volví a confiar en mi!
Energía expansiva
Hoy saldé completamente mi deuda… Esa deuda que proyecté cubrir en doce meses, la finiquité en tan sólo tres meses… ¡Esa es la fuerza y el poder de la fe!
Y lo más maravilloso de este logro, es que mi energía positiva se expandió a otros objetivos… ¡hoy todo me salió muy bien! Casualmente se resolvieron muchos de mis objetivos, mágicamente todo fluyó con perfecta sincronía… Todo ha sido mejor de lo que esperé.
Hoy el universo está actuando a mi favor. En realidad, todas las bendiciones estaban ahí, disponibles para mí… sólo estaban pausadas porque me faltaba levantar la vista, estirar mis brazos y tomar lo que por derecho, yo puedo tener.