Según la cultura popular, los brujos y brujas utilizan a los bebés y su sangre para fines maléficos, como alimentarse de ellos, usarlos en sus hechizos o sacrificarlos a los dioses.
El mito de las brujas que aterrorizaban a los pueblos alimentándose de la sangre de recién nacidos que no han sido bautizados, perdura hasta nuestros días, principalmente en el área rural o conurbana y aunque se asocian al continente europeo, estas creaturas míticas también han sido predominantes en Latinoamérica, incluso en los Estados Unidos de Norteamérica en donde realizaron una cacería de brujas en Salem, Massachusetts.
Esta creencia, en nuestra cultura latinoamericana tiene su origen en la época prehispánica, cuando se pensaba que las brujas se arrancaban las piernas y se ponían alas del petate para volar por la noche y atacar a los recién nacidos.
La sangre era considerada el símbolo de la vida y una ofrenda sagrada, por lo que las brujas la buscaban para obtener poder o satisfacer a sus deidades. Esta leyenda se ha mantenido a lo largo de la historia y ha sido adaptada por diferentes culturas y civilizaciones.
Existen referencias históricas de las brujas, en la literatura, relatos o conservaciones ilustradas, datan desde la Antigüedad, se pierden en los albores del tiempo. Desde hace milenios, se han encontrado registros de prácticas mágicas, de hechicería y creencias sobre la brujería en diversas culturas alrededor del mundo.
Por ejemplo en tiempos prehispánicos en el Valle de México, la magia y la hechicería eran parte de la vida diaria, puesto que el rito de la adivinación se trataba de un don divino, otorgado por alguno de sus cuatro dioses principales que eran: Tlatlauhqui Tezcatlipoca, Yayauhqui Tezcatlipoca, Quetzalcóatl y Huitzilopochtli—, para que las mujeres pudieran pronosticar los días fastos o nefastos, es decir, los días en los que podían hacerse actividades humanas y los dedicados a los dioses, respectivamente, así como las enfermedades y lo que les deparaba a los hombres de la tribu en su futuro.
Por otra parte, las brujas en la tradición pagana se asociaba con prácticas espirituales y mágicas relacionadas con las fuentes de la naturaleza y también a la adoración a la diosa: de la divinidad femenina, la energía creativa y la fertilidad.
Ante la incomprensión de la inquisición durante los siglos XVI y XVII en Europa, uno de los principales hitos contra ellas fue la caza de brujas, se cree que más de medio millón de personas, principalmente mujeres, fueron acusadas de brujería y ejecutadas bajo esa sospecha.
Las personas eran torturadas y los inquisidores utilizaron el juicio por agua o la prueba del pacto con el diablo, para primero identificarlas, luego condenarlas y al final ejecutarlas.
En el año de 1486 apareció uno de los libros más famosos sobre la brujería escrito por los inquisidores y éste es Malleus Maleficarum, el martillo de las brujas y lo utilizaron como manual para perseguirlas.
En ese entonces se estereotipó la imagen de las brujas como unas ancianas feas, de nariz puntiaguda y malvadas que vestían de negro y usaban sombreros puntiagudos y escobas para volar.
Las acusaciones de brujería disminuyeron con el tiempo, pero aun así existen casos aislados de persecución incluso en la América colonial, como lo fue el famosísimo caso de las brujas de Salem, Massachusetts, EUA, en 1962, del cual se han hecho libros y películas para cine y televisión.
La simbología que se asocia a las brujas ha perdurado a lo largo de los siglos tanto en el arte, la literatura y en series y películas algunos de ellos son: el caldero, la escoba, los gatos negros, las pócimas y los sombreros puntiagudos.
En la época moderna, el término bruja es usado, entre otros grupos y colectivos de movimientos feministas asociado al empoderamiento positivo y al respeto a la vida y al medio ambiente, adoptando un sentido positivo de independencia sabiduría y conexión con la naturaleza.
Pero recordemos que siempre han existido dos bandos los que practican la magia negra a quienes se les paga para hacer el mal y perjudicar a los demás y las que practican la magia blanca que la utilizan para curar y quitar los hechizo maléficos de la magia negra.
Una de las maneras que según la cultura popular sirven para alejar a las brujas son las tijeras abiertas y en forma de cruz, que se ponen debajo de la cama a la altura de la cabeza, algunos dicen que bajo la almohada pero serían muy peligrosas y podría ocurrir un accidente.
Este amuleto para alejar a las brujas no tiene origen religioso, sino que tiene su origen de las tradiciones de las culturas paganas, se dice que simbolizan un par de espadas, las cuales se cree desde la antigüedad que luchan contra cualquier tipo de mal.
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Bibliografía:
Brujas: la historia y los símbolos detrás del mito (nationalgeographic.com.es)
La bruja prehispánica que aterrorizó a los aztecas y aparece como bolas de fuego en la noche – Cultura Colectiva.
Brujas. Por qué se cree que se les ahuyenta con tijeras | HISTORIA – Grupo Milenio