El águila le preguntó al gusano por qué se arrastraba por el suelo, si la vida se había creado para volar muy alto en pos de lograr sus más ansiadas metas. El gusano en esta ocasión no le contestó a esa águila real, porque precisamente tenía que hacer un reclamo a Dios, por su situación no tan propia de quienes pretenden alcanzar la gloria y el triunfo.
Dios los escuchó muy atentamente, y por el momento no quiso intervenir, porque él nos dio libre albedrío para discernir sobre estas cuestiones tan importantes de la vida. Y este era su momento de ese increíble aprendizaje, porque todo llega sin excusa ni pretexto, en el instante adecuado. El águila después de la plática con el gusano se elevó hasta alcanzar la más alta montaña de ese día.
El gusano con paso muy lento, yo diría demasiado lento siguió su camino en ese árbol de araucaria majestuoso, quien había escuchado muy atentamente la conversación del águila con su amigo el gusano. Y con un tono muy animado decidió intervenir con sus motivadoras palabras para alentarlo.
- No le hagas caso a esa águila amigo, ella todos los días debe de escoger una montaña diferente hasta dónde dirigirse, para alimentar a ese ego quien le habla al oído, y le pide de manera constante realizar esa actividad febril, para demostrarse lo grandiosa que es, al ir alcanzando esos logros constantes, tan monótonos y aburridos. Esa águila nunca para, siempre está en constante movimiento, presa de esa actividad tan estresante, la cual muchas noches le roba el sueño, porque su mente nunca descansa, ni se posa en esa maravillosa experiencia de la filosofía y del análisis existencial. Mírate tú tan calmado, lleno de paz, tranquilo y relajado, caminando lento pero seguro, en pos de lograr en un día no muy lejano tu completa autorrealización.
- No te entiendo araucaria
- Muy pronto tus respuestas existenciales llegarán con toda su majestuosidad, por el momento no te estreses ni realices ningún tipo de cambio en tu modus vivendi, así como eres te ves excepcional.
Le contestó la araucaria de manera sincera
Ese gusano de seda sin comprender las palabras de su amigo el árbol, siguió su camino de manera ascendente, alimentándose de las hojas a su alcance y olvidando esa plática con el águila.
Poco a poco fue creciendo de manera gradual y constante, hasta envolver todo su cuerpo con seda y así convertirse en un lindo capullo. Esa larva también llamada oruga se cuelga de una de las ramas de su amigo el árbol, y comienza de manera paciente con su etapa de la metamorfosis.
Estando dentro de ese capullo ese gusano de seda, vive de manera mágica con ese proceso de su transformación, se maravilla con cada uno de esos bellos momentos, siendo fiel testigo de irse convirtiendo poco a poco, y de manera gradual en una linda mariposa con sus alas de increíbles colores. Por fin termina su ciclo y emerge con toda su majestuosidad a la vida, siendo observada por el águila quien ha seguido muy de cerca con su increíble metamorfosis. Exclamando de manera extrañada y realmente sorprendida.
- Wow si no lo hubiera visto no lo hubiera creído pero ¿Cómo ha ocurrido ese cambio de ser un simple gusano que se arrastraba por el suelo, hasta convertirte en una linda mariposa que puede volar?
- Lo desconozco águila pero ahora hazte a un lado y no me estorbes, porque me llegó el momento de volar, para adornar al mundo con mi maravillosa presencia.
El águila se retiró de manera triste para ir en pos de otra montaña, pero ahora no solo volará hacia el objetivo, sino tratará de disfrutar del viaje, porque la vida no se trata de ir alcanzando metas a costa de lo que sea, y pisoteando a gente en el camino para lograrlo. Sino de con esfuerzo y dedicación siendo honesto y proactivo, disfrutar de cada una de las etapas, hasta conseguir la misión trascendental de su vida.
No te arrastres por la vida, no vueles solo por volar, recuerda el dicho “más vale paso que dure que no trote que canse”. Se feliz y maravíllate con el mundo, tú tienes el control, solo aprieta el botón adecuado.