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❖ Está de moda el no querer, definido como una forma de apegarnos a lo que nos hace sentir bien, nos satisface o nos brinda seguridad, más allá del placer y mucho menos que un compromiso hacer.
❖ Está de moda el no contestar una llamada, una charla por chat o una cada vez más rara reunión en persona disfrutar.
❖ Está de moda el «háblame que te voy a responder”, y en 5 horas contestaré. No porque esté ocupado sino porque no quiero mi interés mostrar.
❖ Está de moda “ahí te respondo después”, cuando me vuelva a acordar que dejé a medias la conversación y me fui a… comer, sin la decencia de explicar «lo siento, pero tengo algo que hacer, después me puedo reportar».
❖ Está de moda el “te paso a ver”, llego tarde si es que llego, consigo lo que quiero y en 5 minutos «ahí te ves».
❖ Está de moda el no complicarse la vida diciendo una y otra vez que «no estás buscando nada serio» para que no me vayas a malentender.
❖ Está de moda el callarse y no decir «cómo me gustas», aunque después te arrepientas y digas porque no se lo dije, no lo sentiste o lo debiste suponer.
❖ Está de moda alejarse de una persona cuando te encanta, aunque te pueda aportar sensaciones nuevas y puede que sea incluso la persona que buscabas, pero eres tan sumamente egoísta y cobarde, que no te quedas a averiguar.
❖ Está de moda tener miedo a sentir, a vibrar y sentir maripositas en el estómago. Ahora el objetivo principal es a la cama lo más pronto poder ir.
❖ Está de moda el no querer porque te rompieron el corazón y no darte la oportunidad de encontrar a ese otro que, sí puede hacerte feliz, por temor a que te vuelva a ocurrir.
❖ Está de moda huir, a la menor insinuación de que en compromiso de lo que estás viviendo y sintiendo se pueda convertir.
❖ Está de moda mirar los ojos de una persona a través de una pantalla, pero no mirarla en el propio brillo de la vida y su cercanía sentir.
❖ Está de moda las relaciones pasajeras, las compartidas, en una «relación abierta», que a la postre en vacío se puede convertir.
❖ Está de moda no comprometerse y si se acerca demasiado, porque así lo permitiste, o hablaste u ofreciste el cielo y las estrellas, te asustaste, y cual vil cobarde, moverte a un lado, sin importarte a quién lastimar pudiste o el daño colateral causar.
❖ Está de moda estar solo, aunque al llegar a casa te duelan los huesos al acostarte junto a un lugar vacío, y el frío sentir.
❖ Está de moda el placer, nada más que eso, está de moda no perder el tiempo en conocer un poco más los misterios del otro, porque ya no se quiere besar a la misma persona y emociones nuevas quieres encontrar, sin compromiso, solo es el momento, aquí y ahora solo placer.
❖ Está de moda acariciar de manera superficial por una noche, por unos minutos, sin poner el alma en riesgo.
❖ Está de moda la individualidad, solo en mí, para mí, en la matrix vivir sin los ojos abrir.
❖ Está de moda no formar una familia, porque compromiso implica, si ya tengo mi mascota para qué más invertir.
❖ Está de moda jugar en un teléfono y no salir a ver el sol, pues es más cómodo a la sombra y sin convivir.
❖ Está de moda concluir todo a la primera dificultad, al fin cualquier pretexto o indignación nunca está de más, el mártir aparecerá y se hará crucificar.
❖ Está de moda no saber luchar, por un sueño, un ideal, o por flojera, por el qué dirán y tu orgullo inflado está; además en ti, según tú, siempre la razón debe estar.
❖ Está de moda no poder abrazar o lo peor… no querer abrazar.
❖ Está de moda “El querer asusta, el amar no existe, ya no miramos y ya no sentimos”, no te enamoras para no sufrir.
❖ Está de moda no comer para no subir de peso y así verte mejor porque la sociedad así lo exige y me pueda relegar.
❖ Está de moda con los sentimientos jugar, te veo y te prometo, te hago probar y cuando estés encandilado me paso a retirar, porque así considero que te puedo controlar.
❖ Está de moda ya no ser un caballero y si lo eres, muchas veces harás pensar «y este, ¿qué querrá?» o quizás el miedo a hacerlo aflora, aunque educado seas, solo por el «no se vaya a ilusionar».

Y ahora a reflexionar:
❖ Puede más el egoísmo, lo material y el placer, que prácticamente al extender la mano obtienes; sin charlar, sin intentar resolver y abiertamente solo decir «quiero mi pellejo cuidar».
❖ ¿Será que nunca es bueno seguir modas?, finalmente se pierde la magia de la vida, hay que intentarlo, hay que comprometerse y decir «lo intenté», en lugar de decir “y si hubiera”, total, ¿qué más puedes perder?
❖ No importa el ambiente, el estatus social, clase alta, media, baja o el arrabal; los lazos de una pareja tal cual, en lo bueno y en lo adverso, en la salud y la enfermedad, lo que devaluados me supongo deben de estar.
❖ ¿En qué momento las personas cambiamos tanto? Pienso que los demonios sueltos están, hay que luchar y vibrar alto para poderlos desterrar.
Causas y Soluciones.


Si bien esta percepción del “Está de Moda” reflejada en la frialdad y la monotonía de esta sociedad contemporánea puede deberse a una serie de factores como el impacto de la tecnología y las redes sociales, que pueden fomentar una desconexión emocional y una superficialidad en las relaciones interpersonales, además, la presión por seguir patrones y modas que ha derivado en una cultura de consumo impulsada por la publicidad y la influencia de los medios de comunicación.

Considero que el fanatismo y urgencia, incluso vital en algunas personas, en el reconocimiento social y lo material está relacionado con una búsqueda de validación externa y un deseo de éxito según estándares convencionales.

Esto nos está llevando a una falta de autenticidad y a una priorización de la imagen personal arriba de nuestra propia identidad y autenticidad, aunado a una desconexión genuina con los demás seres humanos.

Hay otros factores a considerar en este “problema” como son las creencias familiares y el sistema de valores que nos inculcan desde pequeños y en el proceso de la adolescencia se ha acrecentado, estos factores representan un papel crucial en la formación de la sociedad y en el comportamiento individual.

Considero que, al fallar las instituciones, prioritaria mente las familias, quienes inculcan valores que priorizan el éxito material sobre la conexión emocional, la autenticidad y el compromiso, esto puede contribuir a una cultura más fría y centrada en lo superficial.

Además, el sistema de valores de una sociedad, que a menudo se refleja en sus instituciones educativas, religiosas y gubernamentales, puede enfatizar la competencia, el individualismo y el consumismo en lugar de la cooperación, la empatía y la sostenibilidad emocional y ambiental.

Es importante reflexionar sobre cómo estas influencias moldean nuestras percepciones y acciones, y considerar cómo podemos trabajar individual y colectivamente para promover valores que fomenten una sociedad más cálida, auténtica y significativa.

Siempre hay esperanza en nosotros como sociedad, recuerda que la humanidad tiene una capacidad innata para la empatía, la creatividad y las relaciones significativas, que incluyen respeto mutuo, confianza, interés, consideración positiva y hacer que las otras personas se sientan valoradas.

La clave para hacer crecer estas relaciones implica aprovechar elementos de honestidad y encontrar puntos en común para ayudar a crear esa base duradera.

Aunque pueda parecer que predominan la frialdad y la monotonía, aún existen personas y comunidades que valoran la autenticidad, el compromiso con sus actividades, responsabilidades, mejor desempeño, los valores institucionales y el bienestar colectivo.

La única constante en el universo es el cambio, todo evoluciona, todo se transforma; nunca permanezcas estático ni repitas siempre lo mismo porque te quedarás estancado, no siempre hay que seguir la moda e involucrarte en la matrix.

El cambio debe venir desde ti, porque la auténtica inspiración es el despertar de la conciencia que hay en nuestro interior, y si es para bien, tanto mejor.

Tu destino o Karma depende de lo que el alma ha hecho con lo que ha llegado a ser consciente, considera que no es lo que sabes lo que te hará daño, es lo que crees que sabes y no es verdad.

Una sacudida interna y espiritual nos hace falta para volver a nuestra humanidad. Nunca olvides lo que El Maestro Jesús repetía hasta el cansancio, ama a tu prójimo como a ti mismo. Piensa en cambiarte a ti mismo, nunca esperes a que venga alguien y lo haga por ti, ese o esa que llega y te sacude hasta los cimientos solo puede lograr que reacciones.

El gozo, la paz, la felicidad que te enaltece y te enriquece está en hacer por los demás, poniendo en acción lo que conocemos, lo que podemos dar de corazón, en acción con esa conciencia y en sintonía con las fuerzas creativas del Universo, con compromiso y a mayor frecuencia.

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