Otro día soleado en esta primavera ardiente, camino por el centro histórico del pueblo. Domingo diecinueve de mayo, voy pasando enfrente del Parque Hidalgo, el espacio público más concurrido por los locales y turistas que vienen a recrearse en el pueblo mágico, atraídos por su naturaleza, cultura y gastronomía.
Observo con enojo, también con desgano a varios vendedores de plantas endémicas de lugar, especialmente orquídeas silvestres, que son arrancadas con brutalidad de sus entornos de origen, para después ser expuestas y ofertadas, sin ninguna restricción de la autoridad o reclamo que trascienda, de las organizaciones defensoras del medio ambiente.
El saqueo, la depredación a la vista de todos, según justificándolos, porque es un medio de sobrevivencia. La sustentabilidad es letra muerta.
Me detengo en la banqueta de la calle que lleva al mercado Miguel Rebolledo, otro gran templo para la socialización. En ese momento, escucho la voz de una mujer. Se trataba de una de las oradoras en la marcha y mitin político, organizado por el Movimiento Marea Rosa y otras agrupaciones civiles afines, surgidas o activadas al fragor de la lucha electoral que sufrimos en México.
Sin exagerar, quedé perplejo al oír la retórica utilizada en el discurso, que fue replicado en las ciudades en donde la ciudadanía salió a las calles a manifestarse, sin tapujos, sin máscaras, contra el actual gobierno y partido oficialista.
En forma machacona, como en la escuela tradicional, la disertadora, repetía cada vez alzando más la voz, palabras y frases calculadas para impactar y convencer al público, que lograron reunir en la explanada frente al palacio municipal.
El desfile de oradores fue después de la marcha. Los manifestantes portando banderines y pancartas, recorrieron los pasillos del parque, al frente del pequeño contingente, uno ondeando la bandera de México.
Como en el set de grabación de un thriller de intriga y acción, los actores principales, con una narrativa catastrófica, buscaban encender las pasiones y provocar reacciones delirantes del auditorio. Expresiones bien puestas en un guión contrario al ánimo conciliador, empleando un lenguaje intencional para incitar al odio y la polarización.
Con este Gobierno la Democracia está en riesgo, Salvemos la Democracia. Fuera el Autoritarismo, No a la Dictadura, Nuestras Libertades están en juego, Vamos a defender al Instituto Nacional Electoral INE, al Poder Judicial, y el Principio de la División de Poderes.
Para los paseantes y personas que no incluyeron esa mañana en su outfit alguna prenda color rosa, el show pasó desapercibido.
Pero algunos que escucharon los discursos, se veían sorprendidos y confundidos con la serie de mensajes enviados. Por algún rato los hicieron sentir en otro País, Cuba o Venezuela que fueron citados, insistiendo en aplicar la estrategia del miedo y anunciando el desastre que viene si continuamos en la misma ruta.
Sucede, que con una pizca de sensatez y sentido común, se viene abajo ese escenario apocalíptico, creado por los líderes y seguidores de ese movimiento, que al final, con el disfraz de vehementes demócratas, revelaron el verdadero sentido del acto, el apoyo a la candidata de la oposición a la presidencia de la república.
Por lo inverosímil, solo se necesita observar la realidad nacional. La democracia sigue vigente como forma de gobierno, aún con sus imperfecciones y lejos de una dictadura, ni siquiera como la impuesta por el PRI en sus tiempos de hegemonía.
Por otro lado, los mexicanos gozan del libre ejercicio de sus derechos fundamentales, a pesar del ambiente de crispación y violencia que vive el País en esta transición y cambio de régimen.
Hasta la próxima.
