Nuestro acelerado ritmo de vida nos genera estrés como nunca, lo que trae cientos de consecuencias negativas tanto a nivel psicológico, como físico, por ejemplo, el vivir con prisa nos puede llevar a padecer ansiedad y depresión, lo cual puede reducir considerablemente nuestro rendimiento físico y mental.
Las consecuencias en la salud son el incremento de peso que, junto con una vida sedentaria, nos hace más propensos a sufrir graves enfermedades, como diabetes e hipertensión arterial, solo por mencionar algunas.
Ahora realízate las siguientes preguntas:
- ¿Tienes dificultad para dormir o duermes demasiado?
- ¿Te sientes poco motivado al realizar tus actividades diarias?
- ¿Has aumentado de peso en los últimos años?
Si respondiste de manera afirmativa a alguna de éstas, te interesará saber que México ya se convirtió en el primer país con más estrés laboral en el mundo con un 75%, dejando atrás a China, quien ahora ocupa el segundo lugar con un 73%, mientras que el tercer lugar lo tiene Estados Unidos con un 59%.
¿De dónde viene todo esto?
¡No tengo tiempo!
¿Esta vez me ascenderán?
¡No quiero que me despidan!
Otra noche más en la oficina
¿Te sientes identificado con alguna de estas frases? entonces te voy a explicar un poco más
La principal causa que nos lleva a tener un acelerado ritmo de vida es:
- La falta de tiempo
Aprendamos a manejar nuestro tiempo, no es que no lo tengamos, sólo que no lo aprovechamos correctamente.
Reforzado por…
- La necesidad de ser más competitivos aumentó drásticamente:
Hoy el ambiente nos exige estar al día en todos los ámbitos; por ejemplo, en cuestiones de información y tecnología, esto tanto en el trabajo, en la escuela o con la familia. La competencia es normal y, en cierto sentido, sana, pero llevarla al exceso nos puede ocasionar problemas psicológicos.
Esto me recuerda… Alguna vez una amiga me contó que se sentía muy tensa porque su jefe la estaba comparando con los empleados de nuevo ingreso ¿te ha pasado algo similar?
- El temor a ser reemplazados:
Vivimos en constante temor por ser reemplazado o
desplazado, lo que hace nuestro mundo realmente estresante. Queremos abarcarlo
todo y no aprendemos (o no queremos) delegar responsabilidades, lo que nos hace
permanecer en tensión constante y ¿qué pasa? No comemos lo necesario y dormimos
peor.
El típico que siempre sale tarde del trabajo
porque no quiere que alguien más le ayude, ¿conoces a alguien así?
- Deseo obsesivo por sobresalir:
Jornadas laborales extenuantes traducidas en enfado, alejamiento de tus seres queridos y poco interés en actividades recreativas, ¿te suena? Estar ocupados es bueno, pero obsesionarnos con eso daña nuestra salud. Nos puede dejar sumidos en la soledad, lo que genera un estado de frustración e infelicidad.
Recuerdo a uno de mis jefes quedarse hasta la 1 de la madrugada en la oficina para poder adelantar las actividades del siguiente día, sin embargo, los errores en la empresa no disminuían, al contrario, cada día eran peores.
Estos son los factores que nos hacen esclavos del acelerado ritmo de vida; entre otras cosas, la necesidad de estar ocupados, seguir modelos de vida lejanos a los nuestros y no tener un objetivo específico en la vida, pues ¿Cómo podremos llegar a un lugar que no sabemos dónde está? Esto nos deja claros que hay algo que debemos modificar, pero ¿cómo lo hacemos?: Cambiando nuestros hábitos.