A veces siento que doy por sentada mi amistad con esas amigas que llevo años de conocer y unas cuantas que he conocido en estos tiempos de caos, no quiero que sientan que no son especiales para mí porque creo que ninguna de ellas tiene idea de lo mucho que significa su amistad para mí.
Con cada una he atravesado diversas tormentas y siempre me han aconsejado a sabiendas de que siempre hago lo que me da la gana y aún así están a mi lado para reconfortarme. Apenas es marzo y ya se sientes los estragos de los cambios indispensables que se necesitaban en mi vida y ustedes en medida de sus posibilidades me han apoyado con su amor y sabiduría.
Yesenia, mi hermana de distinta madre que se encarga de odiar por mí a aquel ser infeliz que me hizo tanto daño y me cuida a la distancia con su corazón enorme para darme todo ese amor a pesar de los doce años de travesías.
Sharon que me ha mostrado que a veces estar en silencio con alguien es la terapia que se necesita. Aunque tengamos altibajos del corazoncito, ambas sabemos que los abrazos a través de la distancia también se sienten.
Erika que es tan aficionada al café como yo misma, que sabe cómo me gusta y que es la bebida que me reconforta el corazón. Me ayuda con su optimismo y dulzura.
Y, por último, pero no por eso menos importante, Nick. Mi maravillosa vecina a la que siento que ahora puedo llamar amiga que me ha mostrado el amor en sus diferentes representaciones, que con mucha paciencia y amor me ha ayudado a reparar mi corazón poco a poco, me ha escuchado, me ha abrazado en estos tiempos caóticos.
Ellas, mis amigas me hacen creer en el amor. Me hacen creer en la humanidad y en que aún existen personas buenas, que además de ser hermosas tienen maravillosos sentimientos y que en su lenguaje de amor ayudan a los demás.
Todas son unas guerreras y soy fan de cada una de ellas, porque cada una es sumamente talentosa y con un potencial increíble del que no estoy segura de que ellas estén totalmente conscientes de tener, sin embargo, al leer esto espero que lo entiendan y callen a esas voces de su cabecita que yo sé que a veces las hace sentir inseguras.
Si se trataran ustedes con la misma cantidad de amor con el que cada una me trata a mí, se darían cuenta de que no necesitan a nadie más en sus vidas a excepción de aquellas personas que elijan desde el amor.
A esas mis amigas, gracias por tanto amor, por compartir su sabiduría y por ser mi faro, espero también poder ser una luz en su camino cuando las cosas no se vean tan bonitas.
