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Las causas del insomnio son múltiples y variadas. Es común que cuando se pasa por situaciones estresantes causadas por problemas de diferente índole como estrés por motivos de trabajo -y en casos de jóvenes por asuntos relacionados con sus estudios-, cuando hay conflicto del círculo familiar o social, o preocupaciones por la salud de un familiar o alguien allegado a la familia, el individuo se encuentre de pronto teniendo dificultades para conciliar el sueño y cuando logra hacerlo la calidad del mismo no será la adecuada, podrá despertar intermitentemente teniendo dificultades para retomarlo y no sera un sueño reparador, al día siguiente se sentirá cansado, desmotivado, tendrá dificultades para realizar sus actividades cotidianas y a su vez no logrará concentrarse en ellas ni tomar decisiones adecuadas, especialmente cuando se realizan labores de responsabilidad.

Esta situación es llamada por los especialistas “insomnio agudo”, que dependiendo de la situación que lo detone bien puede durar unos días y hasta algunas semanas.

Cuando se trata de insomnio crónico los conocedores del ramo tienen comprobado que la falta de sueño tiene una duración prolongada que puede durar meses. Cuando estos casos son detectados la experiencia medica dictamina que el insomnio crónico en sí no es la enfermedad, sino un síntoma o efecto secundario de otro tipo de problemas médicos, o relacionados con ciertos medicamentos o ingesta excesiva de alcohol y tabaco.

Se puede dar el caso de que se padezca de insomnio crónico sin que se conozca una causa especifica y no se puedan probar las teorías anteriores.

Dejaremos los conceptos anteriores en manos de los médicos neurólogos, psiquiatras o especializados en el tema ya que las investigaciones sobre los trastornos del sueño se encuentran aún en proceso y a pesar de los avances médicos las conclusiones no son determinantes.

En este artículo hablaremos de lo que el insomnio crónico significa para quien lo padece, y específicamente si es el efecto secundario de una enfermedad determinada.

En búsquedas en libros de medicina, páginas de internet y consultas -no sólo con médicos alópatas sino acudiendo a medicinas alternativas- algunas personas pueden encontrar solución a su problema.

¿Pero qué pasa con quienes padecen insomnio crónico y no hay nada, absolutamente nada que le pueda ayudar a resolver un problema que ademas le provoca ansiedad y desesperación?

Los ansiolíticos y los barbitúricos no son la solución por una simple razón: a medida que el cuerpo comienza a recibir esos medicamentos va creando resistencia a ellos, motivo por el cual de dosis pequeñas se van incrementando a mayores y a la vez dejan de surtir efecto en la persona.

Cuando se adquiere la conciencia de que es una condición que va de la mano con una enfermedad crónica lo mejor es dejar de luchar en contra de nuestro propio organismo, resistirnos a los medicamentos que acaban envenenándonos y con los cuales no sólo corremos el riesgo de convertirnos en farmacodependientes sino de tomar una sobredosis porque simplemente ya no nos hacen efecto.

Es mejor eliminar todo tipo de medicina alópata, tratar de tomar terapias de relajación, practicar yoga o Tai-Chi (que promueven la relajación física y emocional) y en caso de ser desordenados, como la gran mayoría lo somos, si al apagar la lámpara y tratar de arrecholarnos cómodamente para dormir, sucede que no podemos conciliar el sueño, no tratemos de forzarnos, eso sólo nos provocará ansiedad y angustia, prende la lampara de nuevo, toma un libro y lee hasta que comiences a sentir los parpados pesados, si no te gusta leer, prende la televisión pero busca un documental que te instruya y no una película de acción o terror que te altere, o entra a tu computadora para continuar el trabajo que dejaste pendiente aprovechando el silencio y la paz que la noche proporciona.

Hazte amigo de tu insomnio, de nada vale combatirlo porque a pesar de que la gran mayoría de los médicos advierten posibles daños cerebrales por la falta de sueño, se trata de insomnio crónico, efecto causado por una enfermedad que por lo regular también es crónica, a la cual cada paciente responde de manera diferente. Recordemos igual que cada individuo tiene un reloj biológico y un ritmo de vida individual que le distingue de los demás, por lo que es importante determinar dicha condición con el medico tratante.

Si no puedes dormir, no trates de forzarte a hacerlo, aprovecha que hay paz en el hogar y levántate y has cosas que dejaste pendientes, y si no quieres, pues busca otra actividad que nuble en tu mente la inquietud por no poder dormir. Te aseguro de que ni cuenta te darás en qué momento el sueño te vence, evita angustiarte, después de todo no todos los individuos necesitan forzosamente 8 a 9 horas de sueño.

De acuerdo a la Revista Entrepreneur, estos son los hábitos de sueño de reconocidos personajes de la historia y de la actualidad:

  • Winston Churchill amante de las siestas, dormía de las 3 AM a las 8 AM y de las 4:30 PM a las 6:30PM.
  • Thomas Alba Edison consideraba el sueño como una pérdida de tiempo y trataba de evitarlo lo más posible, así que manejaba un patrón de siestas de media hora cada cuatro horas.
  • Wolfang Amadeus Mozart componía regularmente hasta la 1 AM para despertar a las 6 AM a continuar su trabajo.
  • Sigmund Freud dormía tan solo 6 horas al día: de la 1 AM a las 7 AM.
  • Voltaire dormía por lo regular de las 12 AM a las 4 AM.
  • Margaret Thatcher tenía como horario de sueño  de la 1 AM a las 5 AM.
  • Benjamin Franklin sólo dormía de las 12 AM a las 4 AM.
  • Donald Trump sólo duerme 3 horas por noche: de la 1 AM a las 4 AM.
  • Barack Obama es feliz con descansar de la 1 AM a las 7 AM.
  • Richard Branson duerme por lo regular de las 12 AM a las 5:45 AM.
  • Leonardo Da Vinci aplicaba el metodo llamado el ciclo de Uberman, que consiste en tomar una siesta de 20 minutos cada 4 horas.
  • Nikolas Tesla tan sólo dormía 2 horas, de las 12 AM a las 2 AM .El resto del tiempo lo dedicaba a su trabajo y a su intensa actividad creativa.

Así que si eres insomne, ni te angusties ni te desesperes, platica con tu médico y explícale claramente el conflicto que te representa tratar de forzar el sueño y si él no te ofrece una alternativa diferente a los fármacos trata de encontrar algo que despierte tu interés con pasión para dedicar ese tiempo “muerto” a hacer algo creativo y productivo para ti mismo.

Si no puedes ser el dueño de tu sueño sé el dueño de tu desvelo, ya tu cuerpo irá dictando los tiempos que requiere para su propia recuperación.

¿Y después que sigue?
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