Desde que era pequeñita, quizás por ser la hija menor, siempre he sido la más rebelde de la familia. Mis papás tienen muchas anécdotas de mis travesuras y mis atrevimientos. Algunas muy graciosas, otras dolorosas, pero todas como resultado de mi personalidad atrevida y en ocasiones francamente irresponsable.
Al paso de los años cambiaron muchas cosas en mi vida, excepto mi personalidad rebelde … hasta que la misma vida me puso un freno… Me diagnosticaron con una enfermedad llamada Behçet.
Una enfermedad rara, poco frecuente, multisistémica y, hasta el momento, sin cura.
Cuando me dijeron que los daños que se estaban presentando eran irreversibles e inevitables, entré en pánico, grité, lloré, me desesperé y sentí que no había nada más por hacer, más que ir adaptando mi casa y mi entorno de acuerdo a lo que me pronosticaban por los resultados de neurología.
Justo cuando estaba por empezar mis citas de rehabilitación, llegó la pandemia a México. El hospital en donde me atiende todo un gran equipo de especialistas de distintas áreas, está ahora solo para los casos de COVID-19. Todas mis citas quedaron suspendidas hasta nuevo aviso… Tengo que estar bien, no puedo ni debo ir al hospital, ni siquiera debería salir a la calle, tomo inmunosupresores y eso me coloca en grupo vulnerable… pero ¡los médicos dijeron que el daño en mi cuerpo iba a avanzar! ahora ¿qué puedo hacer?
Y entonces, en un repunte de coraje, decidí ponerme rebelde… ¡y me puse rebelde!
Me dijeron que el daño avanzaría… pues no voy a esperarlo sentada llorando por los rincones… ¡me levanté, me sacudí y comencé a hacer todo aquello que sí puedo hacer!
Me puse rebelde y estoy haciendo ejercicios más allá de lo que me dijeron. Me puse rebelde y comencé a bailar. Me puse rebelde y camino, a veces desafiando la gravedad, pero si me caigo, me sacudo y sigo avanzando.
Sigo tomando mis medicamentos pues tampoco se trata de ser imprudente.
Decidí poner mi atención en las capacidades que hoy tengo y fortalecerlas. Decidí ignorar los daños que pronosticaron… esos aún no existen y quizás jamás lleguen… Hoy decidí enfocarme en lo que puedo y quiero hacer…
Y me puse rebelde y estoy haciendo mucho más que antes… y me puse rebelde y hoy estoy avanzando más que cuando corría sin rumbo… y me puse rebelde y decidí estar feliz.