El Dolor es un aviso que sentimos para reconocer que algo nos está haciendo daño, es un aviso que nos recuerda que hay un límite físico o emocional, todos hemos vivido situaciones que nos han generado mucho dolor, hemos sufrido situaciones que nos incapacita físicamente y cuando esto ocurre te sientes vulnerable, tienes el deseo de realizar movimientos y acciones que cuestan mucho en ese momento y aparece la frustración conectando con ese pasado en el que probablemente te sentías con mas vitalidad y control.
Un dolor de muela, un dolor de cabeza (Migraña), un esguince en un tobillo o padecer de colon irritable, nos muestra que en cualquier momento toda tu propia forma de vivir cambia y tu mente se enfoca en poder sobrellevar ese dolor y hacer de tu vida lo más básico posible, nos cuesta ser los mismos, nos cuesta hacer lo que queremos y nos cuesta mucho poder mostrarnos bien al mundo, con estos dolores físicos tan intensos.
Pero la reflexión no es a esos momentos donde podemos “reconocer” que nos pasa físicamente, mi reflexión va hacia el dolor o herida que tenemos que no hemos determinado de donde viene y que no es física, puede generar el mismo sufrimiento, puede generar la misma sensación de NO SER lo que realmente somos, pues solo vemos desde nuestra herida, tratando de alivianar ese malestar interno.
La medicina para este dolor pueden ser solo para aliviar el síntoma pero no “sanara tus heridas”, la cura siempre llevará tiempo pero necesita que tú puedas observar que te está molestando, que acciones cotidianas están generando que la herida crezca y para ello debes estar presente, escucharte y observarte, luego de ello siempre debemos desinfectar cualquier herida, a nivel personal o espiritual tiene que ver con decisiones dolorosas, soltar situaciones que no me corresponden, poner límites a las personas a quien le has permitido desestabilizarte o cargar, terminar con pensamientos y creencias limitantes, pues en ocasiones soy yo mismo quien por diferentes procesos de vida he puesto altas expectativas en mi, sin ver el daño que me hacía, estar en constante conexión personal con actividades que te permitan reconocer cada proceso, te ayudara a ver sin dolor toda tu historia y podrás sentir orgullo personal por todo lo que pasaste y aprendiste para estar ahí, pues es el proceso mismo quien te dio el mayor aprendizaje, finalmente el tiempo y siempre respetarte completara el ciclo.
Pero no todos se atreven a vivir la vida buscando sanar sus heridas, la costumbre de vivir como siempre lo han hecho es a veces menos doloroso según sus creencias, pero creo que el desgaste físico y emocional que tiene un ser humano viviendo desde el dolor es demasiado grande como para vivir realmente la majestuosidad que es la vida y siempre queremos buscar diferentes distracciones para no ver nuestras heridas y empezar el proceso. Estas decisiones como cada vez adquirir trabajo para tener menos tiempo de verme o de ver mi relación con otros, estar constantemente con síntomas físicos para no tener la fuerza de sanar, entrar en el mundo intelectual donde siempre necesito aprender más, peleas o inconformidades, juzgar a otros pues me conecto con miedos y heridas personales, pero lo que no nos damos cuenta es que podemos contagiar nuestra dolorosa forma de ver la vida, por eso tu sanación es también la sanación de las personas a tu alrededor.
Excelente artículo!!! Gracias por escribir lo que muchos sentimos pero no todos entendemos y menos aun sabemos cómo expresar. 🌻🌻🌻