Tanta era la ilusión de una abuelita, que viajó desde el más allá para estar presente en el XV Años de su nieta y para que notaran su presencia dejó impregnado en el salón el perfume que siempre usaba.
La siguiente narración fue enviada al grupo de Facebook “Mitos y Leyendas de Monterrey y del Mundo” por Lucero Medina y ella nos cuenta esta increíble historia.
Ella cuenta que su hija cumplió sus XV primaveras cuando inició la pandemia, por lo que empezaron a hacer los planes de la fiesta, pero estos se vieron truncados cuando no permitieron las reuniones de personas y cerraron los salones de fiesta, las quintas y las iglesias.
La señora Medina mencionó lo siguiente: “Pues bueno no se pudo realizar hasta el año siguiente cuando la pandemia mengua un poco, abrieron todo y dije pues vamos, para colmo días después cierran de nuevo”.
Lo que iba a ser una cuarentena se convirtió en más de un año
Lo que iba a ser una cuarentena se convirtió en más de un año y su hija cumplió 16. Una noche Lucero Medina tiene un sueño muy vívido con su mamá, ella ya estaba muerta y en su sueño le pregunta: —¿Mijita cuando le haces la fiesta a mi niña?— Ella falleció sin poder cumplir su deseo de estar presente en el XV años de su nieta, ya que es cuando se presenta en sociedad y la niña se convierte en mujer.
“A lo cual le contesto yo que teníamos pensado hacerla el 3 de marzo y me dice —no mijita ese día estará feo; todavía mejor hazla el 27 de marzo, ese día estará ya todo bien—.
Y efectivamente para el 27 de marzo ya estaba todo bien, se habían levantado los cierres para hacer eventos y fiestas.
“Y pues sí, ese día le hicimos la fiesta y días antes levantan la alerta sanitaria.
Algunos miembros de mi familia me dijeron que ellos no viajaban por que tenían miedo a la pandemia, de 250 personas que se invitaron solo asistieron 80, el punto es que cuando estábamos presentando a mi hija ante la sociedad, ocurrió lo siguiente: “Al caminar en círculo por enfrente de las mesas yo empiezo a percibir el perfume que usaba mi mamacita, estoy segura que ella bajo del cielo para acompañarnos ya que siempre fue su ilusión, de poder ver a mi hija con su vestido de XV Años y no nomas yo olí el perfume, ya que mi esposo, también lo hizo. Así es que puedo asegurar firmemente que era ella, mi querida madre” acompañándonos a presentar a mi hija.
La abuelita estuvo presente en el XV Años, haciendo que las lágrimas corrieran por las mejillas de su hija y su nieta al oler su perfume y notar su presencia.
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