Por fin, mi despedida.
No sé cómo te encuentres; en estos momentos ya has de saber que ya ni me interesa la respuesta.
Me siento tan, pero tan decepcionada de ti.
Puse toda mi fe en ti, te apoyé en todo, y no sólo me refiero a lo económico; te apoyé para que salieras adelante, para hacer de ti un buen hombre, alguien con un futuro prometedor, esta es mi carta de despedida.
Siempre quise alentarte desde el corazón para que siguieras con tus estudios, te apoyé en la medida de mis posibilidades, estuve orgullosa de ti cuando empezaste la ingeniería, cuando me contabas de tus exámenes, de tus calificaciones, estuve para brindarte todo, siento que hasta anímicamente cuando tú querías dejarlo todo a un lado.
La verdad es que yo nunca había puesto una fe desmedida en alguien como lo hice contigo; yo nunca le había echado todas las ganas a una relación como lo hice contigo.
Y en verdad duele, al día de hoy todavía duele.
Ya no sé ni que fue verdad y ni que fue mentira, en cuanto a lo que se refiere de ti hacia a mí, y siendo sincera… eso también ya dejó de importarme.
Lo único que refleja la verdad, son los actos realizados en ese lapso de tiempo que duró nuestra relación (relación que siempre negaste).
Y en cuanto a actos, creo que no me fijé límites, porque te demostré que todo te lo di.
No sé para qué me esfuerzo tanto en escribir esto, si dentro de mí hay algo que dice que no lo leerás, porque te da hueva, ¿no? como en unas cuantas ocasiones llegaste a decirlo y demostrarlo con tus actos.
Creí que yo era esa persona que te apoyaba de la forma en la que no lo hacía tu familia, creí que yo era quien te alentaba, quien te impulsaba a seguir adelante y a tener un futuro mejor, pero veo que lo único que hice fue proyectarme en ti.
Creí firmemente en todas las palabras que decías, en tus supuestos sentimientos hacia a mí, ¿Por qué fuiste capaz de mentirme de esa vil manera? Si sabías que no sentías nada por mí, ¿Por qué jugaste con mis sentimientos?
Cuando yo me pregunto qué es lo que tú ganabas con eso, siempre me respondo que sólo lo hacías por dinero, no veo respuesta más factible para aquello que hiciste. Me respondo que todo lo que hiciste, todas tus mentiras fueron solo por eso, porque la verdad no querías un futuro conmigo, las cosas que según hacías por mí, en verdad las hacías por ti.
Y pienso, que poco me valoraste, para solo verme como tu salvación económica; y no lo entiendo si yo te demostré lo mejor de mí, el inmenso amor que sentía por ti, la fe que te tenía y el orgullo que me daba estar contigo.
Acabo de borrar gran parte de esta carta, porque ya de nada sirve decirte lo herida que estoy aún al día de hoy, de nada sirve sacar más veneno en contra tuya.
Y cómo siempre te lo he dicho, todo esto ha salido desde lo más profundo de mi corazón, siempre acostumbro hacerlo así, yo si soy transparente respecto a mi sentir.
Porque cuando te amé, fui trasparente respecto a eso, y siempre te lo demostré; y, aunque ahora mis sentimientos hacia ti han cambiado, jamás dejaré de ser transparente, y si, te odio, te odio con todo mi ser.
Y ahora, te prometo que esta será la última vez que sabrás de mí.
Y sabes que yo si cumplo mis promesas. Esta es mi despedida.
Este es mi último adiós. Hasta nunca.
