No importa la edad que tengamos, francamente es qué mientras estemos vivos, podemos hacer cualquier cosa que deseamos, nunca es tarde para seguir nuestras ilusiones, para alcanzar nuestros sueños.
No dejemos que nada ni nadie nos trunque todo aquello que un día deseamos, dejemos de culpar a las personas alrededor por lo que aún no hemos cumplido, dejemos de sacar miles de pretextos de nuestros bolsillos, recordemos que nuestro tiempo no es eterno y que aunque hay sueños que quizá no puedan ser, por lo menos no abandonemos la lucha por ir tras de ellos.
Hay que recordar que debemos tener gran firmeza en cuanto a cada acción que tomemos y sobre todo tener en cuenta que el que persevera alcanza, aún ante mil trabas que hagan nuestro camino más complicado.
Aunque claro hay que tomar en cuenta que la paciencia es la madre de cada uno de nuestros sueños, que todo lleva su proceso, su tiempo para cumplirse, no todo lo que nos propongamos llegará y lo alcanzaremos de inmediato.
La verdad es que la vida misma nos ha enseñado a esperar las circunstancias, los momentos, el tiempo preciso para ir poco a poco escalando hacia nuestros sueños o metas, sin dejar de luchar.
Lo que hay que tener siempre en cuenta, es que todo lo que un día vivimos, ya fue, ya pasó, ya no hay marcha atrás. Todos los sueños deben ser de hoy en adelante, no esperemos cosas que una vez fueron, soltemos aquello que nos ata a un pasado, a recuerdos que sólo en eso deben quedar, dejemos de echar limón en la herida. Nuestros sueños deben ser basados en lo que esperamos en nuestro presente, para tener el mejor de los futuros, sin falsas promesas, sin ninguna espera, sin retornos que no podrán ser.
Debemos procurar que realizar nuestros sueños, deben ser encaminados a mejorar nuestra vida, no a destruir, mucho menos a opacar o pisotear a los demás. Para cumplir nuestros sueños estos deben tener forma real, satisfactoria, fuerte, encaminada a cosas provechosas, a mejorar, a ayudar y sobre todo que nos ayude a vencer barreras, miedos, dudas, y el tan sonado
¡NO PUEDO!.
Debemos de saber que todo se puede, que todo es cuestión de disposición, y sobre todo de actitud.
Debemos aprender a esperar lo que deseamos, asentar bien nuestros deseos y sobre a mentalizarnos a alcanzar cada sueño. Construyamos nuestras metas en bases sólidas y demos rienda suelta a nuestras ilusiones y a cada fantasía que tengamos guardada en los pensamientos, en el alma y en el corazón. Tengamos en nuestra mente esa meta que deseamos alcanzar y no veamos ni obstaculicemos nosotros mismos el resultado.
Mantengamos a nuestro lado a esas personas que nos apoyen a alcanzar cada meta, cada sueño y que nos impulse a lograrla, a esa persona que se alegre por nuestros triunfos y en cada instante nos acompañe. La verdad es que esas personas son las que de verdad vale la pena conservar en nuestro camino.
Jamás nos demos por vencidos, por más locos que parezcan nuestros sueños; siempre habrá alguna meta que no queremos desaprovechar o perder.
Todo está en nuestra mente, todos los recursos que necesitamos; siempre utilizándolo para bien, sin necesidad de herir o atormentar a terceras personas. Que las metas alcanzadas con malas decisiones, con empujones, jamás saldrán nada bien.
Recuerden que el éxito de nuestras metas no lo medimos por lo que hemos logrado, sino por cada tormenta que hemos con cautela enfrentado.
Así que amigos, sigamos nuestros instintos y que nos guíe siempre por los mejores caminos, y recordemos que alcanzar nuestros sueños o metas no debe afectar negativamente a quienes nos rodean y sobre todo tomemos en cuenta de hoy en adelante, qué un ¡SI PUEDO!, nos hará llenarnos de energía y sentirnos mucho más fuertes.
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