La primera vez que visitó nuestras playas fue en 2014.
Esta visita incómoda se llama sargazo y es una macroalga que proviene del mar de los sargazos en el Oceano Atlántico. Esta alga ha desarrollado un vejiga llena de aire que le permite flotar en la superficie y no adherirse a las rocas.
Su presencia afecta gravemente las playas del Caribe y puede llegar a cubrir éstas hasta con 10 toneladas por kilómetro de playa. En condiciones favorables se reproduce rápidamente duplicando su peso en solo 18 días .
Se calcula que en 2019 a Quintana Roo lleguen grandes cantidades afectando gravemente el turismo que acude a las hermosas playas de esta región.
Su función habitual es la de ser hábitat de muchas especies marinas fuente de alimento, que además les proporciona sombra y refugio.
El problema se presenta cuando llega en grandes cantidades a las playas, ya que su presencia provoca un aspecto desagradable y un olor fétido producido por lal descomposición de sulfuro de hidrogeno; además de impedir el fácil acceso a la playa.
También afecta de manera importante a las embarcaciones provocando un mal funcionamiento de sus timones.
El sargazo no es toxico pero puede originar urticaria, dolores de cabeza y mareos.
Se consideran varios factores por lo cual el sargazo ha aumentado su presencia en el Caribe Mexicano:
El calentamiento global.
La falta de huracanes fuertes.
La deforestación del Amazonas ha provocado que se manda mayor cantidad de materia orgánica al mar.
Así como la cantidad de arena que se desprende del desierto de África vaya al mar.
El sargazo se puede usar como materia prima para biodigestores, cosméticos, bioplasticos, farmacéuticos y como composta, aunque sólo el 10% se utiliza para este fin.