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CAPITULO III

Esta noche vas a perder tu timidez, ¿ Eres un reto, mi querido ángel?.

Cuando su «Rayo de Luz» atravesó el umbral, le hacía querer ir más lejos, y él se proponía sacarla de su mundo y tentarla con un beso que no se parecía a ningún otro.

Su ímpetu es tan diferente, me siento deseada, los miedos que me ataban, han quedado atrás…

Me siento completa, sus cálidas manos abrazan mi cuerpo, y yo me pregunto ¿es esto el amor?

Cuando empezó a besarle los labios y siguió un camino ardiente, por todo el cuello del ángel le traicionaba, porque él seguía rompiendo sus barreras y deseaba más sus besos y caricias que tanto anhelaba.

Un par de horas, entre las sábanas, su aspecto se veía completamente distinto.

El Ángel y Rayo de Luz reían por ser tan glotones.

CAPITULO IV

«Rayo de Luz» me acarició la mejilla y me rodeó la cintura con un abrazo, apretándome de una manera tan sensual y cariñoso a la vez.

Me besó intensamente, separando los labios, asaltando mi boca, tomando mi lengua en sus labios, hasta perder la noción del tiempo.

—SOÑANDO EN LA LUZ DEL AMOR —

En tu sueño de la mañana… vamos a cenar a la luz de las velas… te vistes. Estoy bien y me pongo el vestido que te gusta. Sólo te estoy viendo de forma completa… y tengo una linda sonrisa en mi cara… tuvimos una gran cena de enamorados… y después de eso caminamos en la calle solos como en una película, continuamos…. nos hemos parado y besado en medio de la calle por mucho tiempo… y te despiertas y te sientes solo…. y me envías un mensaje para decirme todo sobre tu sueño…

Estás triste porque fue un sueño hermoso, dónde pones todas tus ilusiones, te hablo y te digo que nuestro amor no es un sueño, es una realidad.

Y tu sonrisa se hace encantadora y charlamos por mucho tiempo sobre nuestro futuro… sobre nuestra unión, de nuestros hijos… de nosotros.

CAPITULO V

Empezamos nuevamente a sentir la sensualidad de nuestros cuerpos uniéndose al compás de una melodía, tomados de la mano, bailando y abrazados, sentir el calor subiendo y recorriendo todo nuestro ser.

Estuvo besando mis labios por mucho tiempo, el torbellino del deseo se hacía cada vez más urgente.

Empieza a recorrer mi pecho y acaricia el turgente pezón, va besando mi cuello y mordiendo, pasando su lengua provocando un incendio.

Me acurruco en tu hombro y beso tu pezón, estás gimiendo, estás fuera de sí, me frote contra él notando la dureza.

Eres tan hermosa y la levantó y la acuesta en la cama, había notado su deseo presionando contra su cuerpo, caliente y palpitante, cómo el suyo propio.

Sus senos chocaron con los duros músculos del pecho y se quedo sin aliento al notar la presión de sus labios. No pedía una reacción, sino que le exigía una rendición.

Al sentir el cuerpo arqueándose contra el suyo, la suave avidez de su reacción, clavándole las uñas en los músculos de la espalda, mientras se dejaba arrastrar.

Deslice una mano entre sus piernas y tomé en la palma el tierno saco que había detrás de su miembro viril. Obtuvo un gemido por parte de él.

Succionó los diminutos picos de sus pezones y los lamió, cómo él le había hecho a ella.

Mientras descendía depositando besos delicados por su piel, hasta que llegó a sus caderas. Alzo la cara con una sonrisa pícara.

Entonces pase la mano por la longitud de su miembro, preparándolo para la boca. Le acarició con el dedo pulgar y note la humedad en mi mano. Él se arqueó ligeramente, perdiendo el control.

CAPITULO VI

Más su amor fue recompensado con un hermoso anillo de compromiso, que «Rayo de Luz» le estaba entregando

Y vinieron los recuerdos, cuando apenas era una ilusión para convertirse en una realidad.

Todo iba de maravilla, pero una mentira rompió en mil pedazos todo el castillo de ilusiones y amor que se estaba construyendo.

El no pedir perdón y no saber reconocer una equivocación, se sale de control todas las expectativas que se tienen sobre las personas involucradas.

Después de cometer el error y sabiendo que de él es la culpa, aún se hace el enojado para redimir su falta.

Pero así es la vida, común y corriente entre dos personas que se amaban tanto y no poder perdonarse, y así termina está historia dónde no siempre hay un final feliz.

De un corazón mexica para la blanca Mérida
¿Migrantes, refugiados, invasores o delincuentes?

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