Abriendo los ojos, logrando ver ese pequeño rayo de luz entrando por esa pequeña ventana que se encontraba de lado derecho de esa habitación blanca, completamente cerrada, sin ningún adorno que pudiera hacer esa habitación un lugar agradable.
-¿Dónde estoy?, pero… ¿Qué hago aquí?, ¿Cómo llegue a este lugar?
En ese momento se abrió la puerta de acero y vio entrar a un hombre, completamente serio, y sin ninguna intensión de ser amigable con ella.
-disculpe me podría decir ¿Dónde estoy? Y ¿Cómo llegue aquí?..
Siéntate por favor- dijo sin dirigirle una sola mirada- te encuentras en una casa de aislamiento para la corrección del comportamiento, te integraras a la sociedad cuando seas sanada.
Y para responderte a tu duda de quién te interno, te diré que fue tu familia y unos cuantos amigos.
Estaba confundida y perdida, pero se sentía rota por dentro, no entendía porque estaba ahí, ni cuánto tiempo estaría ahí, pero tenía muchas dudas por aclarar.
Y si ya no tiene más dudas, podría incorporarse con los demás en la sala de entretenimiento- le dijo señalando el pasillo que daba hacia una puerta de madera rojiza- espero y se divierta mucho.
Apenas y podía caminar de lo aturdida que se encontraba, sin embargo sabía que cruzando esa puerta podría encontrar respuestas y así fue. En ese preciso momento lo vio, un chico de cabello rojizo, con unos ojos tan intensos que le robaron el aliento cuando se acercó a ella.
Bienvenida al mundo de los locos, veo que no has entendido ¿por qué estás aquí? cierto – le dijo indicándole donde sentarse para lograr ver el jardín por el ventanal.
-si tienes razón aun no entiendo que hago aquí, tu ¿acaso lo sabes?
Claro que lo sé, pero no sé si estés listas para asimilar la respuesta- tomo mi mano y dando un pequeño apretón me convenció que no podría con la respuesta.
Pasaron 12 meses sin saber nada del mundo exterior a nuestra pequeña ciudad donde habitábamos un pequeño porcentaje de la ciudad, sin embargo habían sido el mejor año de mi vida en compañía de Thomas, aquel chico que demostraba ser el compañero de vida que siempre busque y así deje de pensar en buscar respuestas. Pero esos días tan maravillosos no podrían durar por siempre.
Llego el primer lunes de un año nuevo y Thomas me pidió que habláramos en el jardín, yo estaba nerviosa, sentía tanta química que sentía que estallaba por dentro cada vez que él me tomaba de la mano.
-dime que pasa Thomas -dije viéndolo tan serio que sentía que no era bueno lo que me diría- ándale dime que me matas de curiosidad
-Valeria, llego el día en que tu decidas y actúes-me miro, pero sus ojos asomaban miedo- te explicaré.
Vale tu llegaste aquí por la misma razón que todos y es porque eres diferente y actúas diferente a lo que te dice la sociedad y todo por querer vivir y llevar las riendas de tu propia vida, aventurarte por aquello que realmente quiere tu corazón , eso por supuesto que no puedes hacerlo, no mientras vivas entre la sociedad que te espera afuera, si regresas a ese mundo donde vivirás haciendo lo que tus padres y amigos esperan de ti, profesión más conveniente para ellos, un esposo acomodado, un amor común y acomodado pero jamás derrocharas amor puro por la otra persona porque todo será una rutina en tu vida, jamás serás una loca enamorada del amor, en fin una vida amarga y fuera de tus manos… Yo no estaré contigo, yo no iré ni viviré a esa vida contigo.
En ese momento sentí como lagrimas rodaban por mis mejillas, estaba tan cómoda, por primera vez me sentía yo misma, por primera vez me sentía diferente y única, pero no lograba entender lo que me decía él.
Yo no pertenezco a ese mundo, hermosa, por eso decidí hacer mi vida de este lado, donde todos somos lo que queremos ser y llevar nuestra vida por nuestro propio rumbo-dijo esperando escuchar mi respuesta- pero sea cual sea tu decisión yo siempre te llevare en mi corazón, te atesorare como el mejor recuerdo de mi vida y esperare que algún día puedas vivir y ser la gran mujer que eres en ese mundo.
Thomas prométeme que tomaremos un vuelo y nos iremos lejos para ser nosotros sin miedo a soñar e ir por lo que nos hace felices- le dije con lágrimas de felicidad- prométeme que nunca nos haremos como ellos, ni siendo esposos o incluso padres algún día, que viviremos cada día como si fuera le ultimo de nuestras vidas y que seguiremos siendo felices…
Valeria te lo prometo y prometo amarte y ser tu loco enamorado por toda la vida.