Parecía un día normal con las mismas monotonías de siempre, entre las actividades de la casa, los niños, mi esposa y mi trabajo. Pero algo no encajaba en ese ambiente cotidiano, era como si todo estuviera en cámara lenta.
Al momento de subirme a mi auto para ir hacía la oficina, es cuando ocurrió este fenómeno tan extraño en mi persona. No existen pensamientos, en este momento solo existen mi auto y yo, vaya manera de encontrar la paz y la tranquilidad tan ansiada de mi vida.
Tu solo te la pasas leyendo esas tonterías, como si esa lectura te garantizara un lugar en el cielo cuando te mueras.
No leo para eso mí amor, simplemente me gusta la enseñanza contenida en este libro.
Pues ya deberías de volverte un santo Roberto, tu tan tranquilo y yo con esta rabia que me carcome toda el alma.
Pues deberías también de empezar a volverte más espiritual Mayra.
No para mi esas sandeces no fueron escritas, solo sirven para quitarnos el tiempo, yo con tanto trabajo en la casa, no señor no estoy dispuesta a volverme puritana.
Roberto es un hombre fuera de serie, ayuda en la casa con las labores propias del hogar, pero para su esposa nunca se acaba el trabajo, porque es una adicta de la limpieza de manera exagerada. No tomándose ningún respiro y tornándose amargada y agresiva.
Hoy en la mañana Roberto se despidió de su familia como todos los días de manera cariñosa, sin imaginarse lo que estaba a punto de suceder. Una camioneta de traslado de valores lo embistió al pasarse un semáforo de la calle de nombre libertad, como si esa palabra fuera la adecuada para liberarse de este cuerpo opresor de sus más grandes sueños.
Una ambulancia venía detrás de él, y fue quien lo atendió de manera presurosa, trasladándolo hasta la clínica de urgencias más cercana. En el trayecto sus signos vitales le dieron varios sustos a los paramédicos, los cuales al llegar al hospital simplemente esos signos vitales se alejaron de ese cuerpo, ante la mirada triste e incrédula de los doctores.
Roberto fue declarado oficialmente muerto, dando aviso a su esposa Mayra de ese deceso tan inesperado. Ella llegó llorando muy alterada, permitiéndole entrar hasta donde lo tenían, y allí ella le gritoneó a ese cuerpo sin vida, como siempre solía hacerlo, pero de manera muy extraña a los pocos minutos se calmó, y sacando una biblia que traía en su bolso, le prometió a Dios acercarse a la iglesia de manera ferviente, si él le devolvía a su marido.
Esa cámara lenta de su esposo de hace unas horas en su auto, era porque pronto se iría en la búsqueda de esa luz hacia el divino creador. Y es ahí donde uno de sus mentores en el cielo al momento de ver a Mayra tan llorosa y realizando esa promesa, pidió autorización a Dios para hacerle el milagro, y recuperar a una alma extraviada, la cual se había alejado desde hace varios años, por no creer en una vida después de la muerte, ni creer en Dios, y esa biblia en su bolso, su esposo se la había regalado hace apenas dos días, tratando de regresarla al camino correcto de la vida. Entonces apareció una hoja en sus manos, donde estaba escrita la promesa realizada, la cual se apresuró a firmarla y al momento de estampar su rúbrica, se esfumó dejando una estela multicolor entre sus manos, y siendo fiel testigo de los ojos de su esposo, los cuales la miraron fijamente, y esbozando una tierna sonrisa, apresurándose Mayra a llamar al personal médico.
Enfermera, enfermera mi esposo está vivo
Esta vez Mayra no gritó, sino de manera emocionada externó su alegría con sus tiernas palabras, acudiendo la enfermera para comprobar lo dicho por ella, rápidamente los doctores estabilizaron a Ricardo, con mucha extrañeza y asombro, consumándose el milagro solicitado por su esposa, al divino creador.
Apenas ayer en la noche me encontraba leyendo mi lectura favorita sobre espiritualidad, cuando mi esposa entró en el cuarto de estudio muy alterada, gritándome a todo pulmón, como si quisiera buscar un culpable sobre una situación referente a las tareas de los niños. Traté de calmarla y solo recibí más palabras soeces y gritos alterados.
Un buen cuento corto.
Saludos al autor.
Gracias por tus palabras amigo Alonzo saludos
[…] ser tan buenas personas como parecían. Esa noche para el perrito resultó ser una de las más tristes de su vida, no comprendiendo por qué sus dueños lo habían abandonado. Raquel se dio cuenta de esta […]