Cuando nos casamos fuimos a México y a Acapulco, iniciamos el recorrido un día después de la boda y unos tíos nos dieron un raid a la ciudad de Querétaro, al llegar ya era de noche por lo que nos invitaron a quedarnos en su casa.
Mientras hacían algo de cenar nos pasaron a la sala y nos advirtieron que no nos sentamos en un sillón en especial, era un antiguo “descanset”, porque era el preferido de un fantasma que tenían y quién lo hacía y se atrevía a desafiarlo le picaban las costillas hasta que se levantará.
Incrédulos preferimos no desafiarlo para no poner en duda lo que nos decía mi tía, en eso entran mis primos que en ese entonces tendrían entre 10 o 12 años.
Fidel que era el más chico, traía un juego de video entre sus manos y nos dijo, que era muy divertido pero que ya no tenía pilas y efectivamente al encenderlo no prendió.
Entre burla y en serio le saqué las pilas y dije en voz alta… «haber fantasma ponle energía a las pilas», se las volví a poner y grande fue nuestra sorpresa porque prendió y jugamos por varias horas.
Mi tía en la plática después de la cena nos contó que en muchas ocasiones que lavaba la ropa al recogerla venía y la doblaba en la sala, pero cuando iba por más al tendedero al regresar la ropa ya no estaba.
Reunía a los niños y los regañaba pensando que ellos la habían escondido y aunque lo negaban y se ponían todos a buscarla, no la encontraban.
No tenía ninguna explicación de lo que ocurría o por qué, pero al dar por perdida la ropa, volvía a aparecer en el mismo lugar al paso de 2 o 3 días.
Mi tío Fidel muy incrédulo, decía que él no creía en esas cosas de los fantasmas, pero nos contó lo que a él le había ocurrido.
Me dijo que cuando salía y cerraba la puerta se la volvían a abrir, pero él pensaba que se atoraba con el cordón de las cortinas y se abría, pero al revisar la puerta no estaba atorada en nada.
Así continuamos charlando por varias horas, yo me fui a acostar y ni esposa se quedó sola en la sala jugando con el videojuego y no paso mucho tiempo cuando escuchamos sus gritos, estaba muy asustada, al ir a ver qué pasaba, nos contó que al lado de dónde ella se encontraba se sumió el sillón como si alguien se hubiera sentado y ella creyó que era el fantasma.
La calme y nos fuimos a dormir en un sofá cama que nos prestaron y estaba a un lado de la sala, no pudimos dormir bien, jajaja… a la mañana siguiente mi esposa se va a bañar, ella acostumbra ponerle candado a la puerta y de repente se escucha como si patearan la puerta y se abre de par en par, por supuesto ella se asusta y para calmarla le digo que fui yo, que no se preocupe, que a lo mejor no se puso bien el candado y pude abrir la puerta.
Después de bañarse se sienta a un lado de la cama y yo que seguía recostado invoco al fantasma pidiéndole que me dijera: ¿Quién era?, ¿Que quería?, ¿Porque no se iba? Y tal vez algunas preguntas más que no recuerdo.
En eso estaba, ¿Dime quién eres y que quieres aquí? Cuando siento que alguien se sube arriba de mí, primero me sujeta y después trata de ahorcarme y yo intentando quitármelo de encima sin lograrlo.
Mi esposa que estaba sentada a mi lado después me dijo que empecé a respirar de manera agitada como si estuviera peleando y efectivamente eso era lo que estaba haciendo, estaba luchado con esa terrible entidad.
Si tuviera que describirla diría que era una especie de chango muy grande como un orangután o algo así, su piel al tocarlo para quitármelo de encima era cómo la de un cerdo, áspera, pero con bello, aunque el pelo no lo tenía tupido como algunas especies de changos, sino más bien eran bellos ralos, separados, pero grandes.
Nunca he sentido tanto peso encima como en aquella ocasión … Era muy pesado tal vez 120 kilos o más, el caso es que no me lo podía quitar de encima y así estuvimos en lucha por varios minutos.
Ya cansado y a punto de desfallecer invoco a Dios nuestro Padre Celestial y a su hijo amado el Maestro Jesús que me ayudaran a liberarme de aquella entidad de terror que se reía porque no me lo podía quitar de encima.
Tenía una risa muy macabra y cuando lo hacía babeaba y se hacía muy resbaloso, más difícil para quitármelo de encima. Al pedirle ayuda a Jesucristo como que entró en mí una gran fuerza, una luz que me iluminó y por fin pude quitármelo de encima. Fue como una liberación y me sentí descansado.
Le pedí a Dios que esa entidad se fuera de ahí, que ya no siguiera molestando a mis primos ni a mis tíos y que Dios se la llevará en Paz y en Armonía para que nos siguiera haciendo mal a nadie.
Le conté a mi esposa y le dije: ¿Por qué no volteabas y me ayudabas? y me dijo: “me dio mucho miedo, sentía mucho frío y escalofríos y no pude voltear, resollabas muy fuerte como si batallaras para respirar».
Total, nosotros continuamos con nuestro camino de la luna de miel, no sin antes pasar a turistear por la Alhóndiga de Granaditas que se encuentra en Guanajuato y fue uno de los primeros escenarios de la lucha de independencia de México, dónde según se cuenta que un minero de nombre Juan José de los Reyes Martínez quién se convirtió en un héroe al ponerse encima una loza de piedra y cruzar entre las balas de los soldados realistas y así poder llegar a la entrada de aquel almacén de granos y prenderle fuego a la puerta que servía de resguardo al ejército que defendía la corona española.
A los dos días enfermé por el esfuerzo al luchar con aquel ente que absorbió mi energía y eso hacía con mis primos les succionaba su energía vital, estos casos se dice que son comunes al entrar en la adolescencia.
Tiempo después volvimos a ver a mi tía y le pregunté por el fantasma a lo que me contestó: «qué raro desde que estuvieron ustedes por allá, no hemos vuelto a sentirlo, ya no ha sucedido nada extraño».
A mis tíos nunca les dije que enfrente al fantasma en plena luna de miel.
Este hecho sucedió entre el 24 y el 25 de abril de 1983.
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