Recientemente se hizo pública la noticia de la contaminación de las bebidas gaseosas de la empresa Peñafiel con residuos de una sustancia cuya toxicidad y potencial efecto mortal es ampliamente conocido: el arsénico, hecho que provocó la alarma de la población consumidora de dichas bebidas. En esta ocasión se enfatiza por qué no debe retirarse la alerta. Se mencionan otros tóxicos ocultos en este tipo de bebidas, haciendo especial mención a la fructosa, un enemigo muy dulce.
Las luces rojas encendidas con la noticia del arsénico en el Peñafiel pronto fueron apagadas con otra nota aclaratoria: “Los niveles de arsénico en el peñafiel no superan los niveles permitidos” y todo parece volver a la “normalidad”, ¡Qué alivio que todo está en regla! Esta declaratoria engañosa pareciera indicar que el público consumidor puede seguir haciéndolo sin ninguna preocupación. ¡Nada más falso!
Es por ello que aprovechando esta luz amarilla de prevención, efímera por cierto, la intención de este escrito es capitalizar a nuestro favor esta noticia y sacarle jugo para abandonar de una vez por todas, el mal hábito de consumir estas bebidas que por su composición ya son tóxicas, con arsénico o sin él.
Las alarmas deberían haberse activado hace mucho tiempo para la población general, no por el arsénico, que llegó allí como un contaminante y se encuentra en trazas, sino por otras sustancias tóxicas para el ser humano, tales como los colorantes, la fructuosa y los ácidos, entre otros, que están enfermando a los consumidores y son puestos allí de forma intencionada y sus niveles sí alcanzan niveles nocivos.
A continuación se ofrece un análisis subrepticio de otros venenos que estamos tomando en nuestro perjuicio y de paso se aclara que estos venenos no son exclusivos de las bebidas de la empresa Peñafiel.
MAGNITUD DEL PROBLEMA: La producción de bebidas carbonatadas azucaradas está en torno a los 4.000 millones de litros anuales con una facturación directa de 5.170 millones de euros. Las bebidas que más se comercializan son las de cola que, aunque ya no llegan a ser el 50% de la producción como lo fueron hasta hace muy poco, siguen siendo el 49,5%. Actualmente los países con mayor consumo de estas bebidas, específicamente de Coca-Cola, a nivel mundial, per cápita al año, son: México (115.4 litros), Estados Unidos (103.3 litros) y Chile (79.1 litros).
LAS SUSTANCIAS TÓXICAS CONTENIDAS EN LAS BEBIDAS AZUCARADAS TIENEN LOS SIGUIENTES EFECTOS SOBRE DIFERENTES TEJIDOS Y SISTEMAS:
- ÁCIDO Y ESMALTE DENTAL: Las bebidas con mayores concentraciones de ácido son más destructivas para el esmalte, favoreciendo la retención de placa bacteriana, aumentando los índices CARIES y GINGIVITIS.
- TEJIDO ADIPOSO: en los niños, con cada 200ml/día de refresco consumido, el riesgo de OBESIDAD aumenta 1.6 veces. Existe una asociación directa entre el consumo de estas bebidas y la obesidad en niños y adolescentes. Este efecto es similar en adultos.
- SISTEMA ENDOCRINO: se ha encontrado que en niños con sobrepeso un consumo de tan solo 100 ml de refresco al día puede causar incremento de la presión arterial así como aumento del riesgo para presentar DIABETES MELLITUS 2. En mujeres adultas se ha evidenciado que las que consumen más de una bebida gaseosa al día este riesgo se puede duplicar.
- SISTEMA CARDIOVASCULAR: Hay evidencia científica de que mujeres que consumen más de 2 bebidas gaseosas al día (500 cc) se incrementa el riesgo de desarrollar enfermedad coronaria, lo mismo aplica para varones mayores de 50 años.
Imagen: Centro List
Este consumo también se asocia a un incremento de triglicéridos, colesterol LDL (colesterol malo) y disminución de colesterol HDL (protector).
- ÁCIDO ÚRICO: estas bebidas tienen el potencial riesgo de aumentar el ácido úrico en sangre y su manifestación como “gota” en hombres.
- TEJIDO ÓSEO: Se ha visto que las bebidas de cola tienen un gran impacto en la disminución de la densidad ósea; la cafeína junto al ácido fosfórico presentes en estas bebidas serían las responsables de ocasionar OSTEOPOROSIS.
- PÁNCREAS: Se ha sugerido en diversos reportes científicos un riesgo elevado DE CÁNCER DE PÁNCREAS asociado a un alto consumo, esto relacionado a su contenido elevado de jarabe de maíz alto en fructosa.
- HÍGADO: la ingestión de azúcares refinados y especialmente las que contienen jarabe de maíz alto en fructosa promueven el acúmulo de células grasas en el hígado, favoreciendo la aparición de HÍGADO GRASO por un fenómeno llamado lipotoxicidad.
- METABOLISMO EN GENERAL: El consumo de fructosa también suscita el desarrollo de SÍNDROME METABÓLICO, en el que concurren varios problemas de salud, como la presión arterial alta, obesidad, ácido úrico elevado, triglicéridos altos, diabetes o resistencia a la insulina.
¿QUÉ ES EL JARABE DE MAÍZ ALTO EN FRUCTOSA?
Es uno de los endulzantes principales en las bebidas azucaradas. Este jarabe consiste en 55% fructosa, 42% glucosa y 3% de otros edulcorantes. El incremento de su consumo en las últimas décadas supera a cualquier otro alimento. Actualmente no sólo se utiliza en bebidas y jugos sino además en productos horneados, dulces, aderezos para ensaladas y otros alimentos procesados, EVÍTELO.
Gracias por la información