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Desde 6 meses anteriores había hecho planes para irme la semana de mi cumpleaños, desde el jueves hasta el domingo, a un destino de playa, probablemente de esas de todo incluido en un paquete, ya estaba decidido en cuanto a fechas, pero no al lugar.

Resulta que dos meses ante de mi cumpleaños me invitaron a la reinauguración de un Sport Bar en un barrio muy cercano a donde vivo. Fui al evento y conocí a una chica colombiana muy alegre llamada Lucy, le invité unas copas.

Muy agradable y comunicativa me platicó que tenía más de 14 años viviendo e en México y que está enamorada del país y sus bellezas, también me comentó de algunos lugares donde ha vivido, y de las dos parejas que ha tenido viviendo en nuestro país.

Una de Monterrey y otra de CDMX, con quienes había vivido en diferentes tiempos; la última desafortunadamente para ella había terminado mal e incluso llegaron a situaciones delicadas; por eso había tenido que venir a nuestra Ciudad, Mérida.

Me platicó de varios lugares donde había vivido y de lo mucho que le gusta nuestro país para quedarse a vivir. Actualmente está viviendo con su Mamá, que siempre le ha acompañado en sus viajes, a veces solo por algunos meses y otras por temporadas largas como en esta ocasión, pues ya tenía más de año y medio viviendo con ella en Mérida.

Me mostró fotos de algunos lugares que conoce de México, y vi algunas en las que está con su Mamá.

Me sorprendió mucho lo guapa y bien conservada que está su mamá, pues eran fotos recientes, y se lo dije.

Intercambiamos números de teléfono, tomamos un par de copas más y me fui a descansar. Pasaron dos o tres semanas y una tarde recibí un mensaje de Lucy, saludándome e invitándome a irla a saludar al bar o para ir a cenar.

Sin embargo, le dije, con la mayor honestidad y respeto, que me encantaría conocer a su mamá, si estaba de acuerdo, e invitarla a tomar un café para conocerla más. No me imagino que cara habrá puesto, pero, después de un par de segundo me dijo que sí, que me podría pasar su teléfono, que le iba a decir, y me pidió que le llamará directo más tarde.

Si me recomendó mucho que la tratara bien, que su mamá era muy sencilla, muy amable y muy tranquila; lo cual pude comprobar posteriormente.

Pues creo que Lucy habló muy bien de mí y me “metió el hombro”, como decimos aquí, me pasó el teléfono de Adela, que así se llama su mamá. Le mande mensaje y después de una corta charla por mensajería acordamos vernos para ir a tomar un café.

Pase a su casa un jueves, como a las 7 de la noche, la impresión que me dio fue de una mujer muy tranquila, humilde y un tanto penosa; fuimos a tomar solo un café, a una plaza comercial cercana a su casa.

Nos presentamos, en la charla me dijo que ella era San Esteban, una pequeña Ciudad perteneciente a Buriticá, un municipio de Colombia, localizado en la subregión Occidente del departamento de Antioquia, como a 4 horas en automóvil de la capital Bogotá. Lo revise en Internet y vi que es una región de muchos valles y montañas, dedicada principalmente al cultivo de caña de azúcar, ganadería y café.

Su familia contaba con varias propiedades que con el tiempo se han ido perdiendo por donaciones a los hijos, nietos y demás descendencia.

Ella nació ahí, que son 5 hermanos, – dos hombres y tres mujeres-, ella es la menor de las mujeres. Su mamá aún vive en lo poco que queda del rancho de su abuelo. Se casó en San Esteban a los 23 años, de esa relación nació Lucy un año después, actualmente Lucy tiene 34 años. Su esposo trabajaba de Carnicero, pero se había hecho de muchas drogas.

Cuando Lucy tenía 18 años, casi terminando el equivalente al bachillerato en México, descubrió que el esposo, además de la deuda que ya tenía, la engañaba y decidió sacarlo de la casa. Al principio él lo acepto, pero posteriormente empezó a acosarla hasta que un día la esperó a la entrada de su casa y la golpeó al no acceder ella a que regresaran.

Los efectos de tal incidente fueron evidentes y al siguiente día Lucy se dio cuenta de lo sucedido y tomo venganza por mano propia yendo a buscar a su papá a casa de su abuela paterna, dejándolo un tanto golpeado con su propio cinturón.

En un principio siguió trabajando la carnicería, pero las deudas, a pesar del apoyo de la familia y amigos, era impagable. Esto ocasionó que Adela y Lucy se tuvieran que ir a Bogotá donde Adela empezó a trabajar en costura confeccionando sabanas, le iba bastante bien, mientras Lucy terminaba sus estudios.

Sin embargo, Lucy decidió viajar a México a buscar una nueva vida. Adela al quedarse sola empezó una relación con otra pareja, era un taxista de profesión, y que le apoyaba con su principal preocupación, la vida en México de Lucy. a quien eventualmente iba a visitar por temporadas cortas a las Ciudades donde ella se encontrará; el taxista le apoyaba económicamente en esos viajes, sin embargo, después de un viaje de más de 3 meses, al regresar a Bogotá se dio cuenta de que él la engañaba y decidió dejarlo.

Así su vida se repartió entre San Esteban, y en cualquier lugar donde estuviera Lucy.

No le gustaba estar encerrada en casa y hacia chambas de limpiar casa o trabajar temporalmente en algún lugar como dependiente, pero que con tanto movimiento y cambio de domicilio le era muy difícil tener algo fijo.

Estaba muy contenta pues el 14 de noviembre se iría a Colombia, solo ella, a pasar las fiestas navideñas con su familia y que regresaría en febrero. Lucy la iba a acompañar a Cancún, pues de ahí salía su avión, que se irían desde el día 11 para estar unos días en Cancún.

Esa noche, como buena primera cita, fue de identificación y conocerse, me pareció una mujer muy luchona, muy tierna y cariñosa pero que había pasado por situaciones muy difíciles y aparentemente muy sumisa.

Quedamos de vernos la siguiente semana, un sábado por la noche e ir a cenar a algún lugar. Pase por ella como a las 7 pm, me dijo, muy preocupada, que no tenía llaves para regresar y tendría que estar al pendiente de la hora que Lucy regresara de trabajar o de donde podría pasar por las llaves.

Por más que lo trate de analizar no pude entender, en una segunda salida, a qué hora podría llevarla a su casa o recoger las llaves, pero pues dije, ya se resolverá.

Fuimos a un restaurant de mixología, en el piso 8 del edificio Sky Capital, que tiene una hermosa vista, tomamos un par de tragos y me decidí a invitarla a pasar juntos mi cumpleaños, de viernes a domingo de la siguiente semana, no lo pensó mucho y me dijo que sí.

Le presente algunas opciones para el viaje, tenía que ser algún lugar cercano pues solo serían 2 noches y 3 días. Izamal fue la primera opción, Valladolid o un paquete en la Riviera Maya, más no tomamos la decisión.

En esta ocasión me toco a mi platicarle de mi vida, lo que hacía, mi familia y otros detalles ya más de confianza y acercamiento. En general todo muy bien hasta que llegó el momento de retirarnos, pagué la cuenta y por más que intento localizar a Lucy para ir por las llaves no fue posible localizarla.

Ante tal decisión lo más prudente se me hizo invitarla a la casa y platicar o ver alguna película mientras esperábamos alguna respuesta para ir por las llaves.

Nos dio la madrugada y nunca llegó la llamada, la invite a desayunar y luego me pidió acercarnos a la casa como a las 11 am del domingo.

Ellas tienen un perro de raza pitbull al cual llaman Buss, que era como un hijo para Lucy, pero muy agresivo, de por si esta raza lo es, así que pensar en saltar para abrir se complicaba y sería altamente riesgoso.

Adentro se escuchaban ruidos de la TV, como si la hubieran dejado prendida, pero por más que grito Adela y ladro el perro nadie vino a abrir.

Cuando estábamos a punto de regresarnos a la casa, al fin, se reportó Lucy, dijo que había perdido su otro teléfono en el Uber que la llevo del trabajo a la casa y que no podía comunicarse con nosotros; que no podía dormir y que se fue a casa de una amiga y que ahí se encontraba, le dio la dirección a Adela y le pidió si podíamos ir por las llaves.

La dirección estaba en una colonia llamada Temozón, un lugar bastante distante de donde estábamos, me sorprendió que Adela sabía muy bien cómo llegar.

El terreno de la casa donde fuimos era muy grande, sobre la avenida principal de Temozón, con doble entrada de vehículos. Toco Adela, Lucy tardó un poco en salir, en traje de baño, un tanto acelerada, invitándonos a entrar a tomar una cerveza.

La verdad no me dio mucha confianza y le pedimos las llaves para poder llevar a Adela a su casa. Prudentemente la llevé a su casa y no comenté nada más.

La siguiente semana le pedí a mi agente de viajes me recomendará alguna opción de un lugar “diferente”, le expliqué lo que quería y me consiguió dos opciones, una en la playa en el Cuyo, un hotel pegado a la laguna y al mar y otro una hacienda en Valladolid que acababan de remodelar y estaba en excelentes condiciones, se llama Kaan-Ac (camino al cielo en Español), como 5 kilómetros antes de llegar a Valladolid sobre la carretera libre a Cancún, pegado al entronque de la carretera a Rio Lagartos y Tizimin, me mando fotos, me consiguió el paquete y no lo pensé dos veces después de ver las fotos; resulta que la hacienda es un pequeño Castillo del siglo XVI propiedad del comendador en ese entonces.

Le avise a Adela, le agradó mucho la idea; aproveche para preguntarle si podía pasar por ella desde
el jueves en la tarde para salir desde mi casa, pues es mucho más cercano a la salida a Cancún, la
hacienda queda a la mitad de camino a Cancún.

Y así fue, pase por ella y fuimos a casa, cenamos levemente una ensalada de mayonesa, una natilla
y dormimos temprano para salir a “buena hora”.

En retrospectiva hacía mucho tiempo que no experimentaba esa sensación de apapacho y estar con
alguien que te cuida y está al pendiente de ti, que te escucha, opina si se lo pides, de mucha
confianza, que te mima; fue demasiado rápido, sin cuestionamientos, sin prejuicios del que dirán o
pensaras de mí, simplemente dejamos que todo fluyera; pero había algo que no me cuadraba,
básicamente esa relación de madre a hija que hasta ese momento no podía explicar.

El viernes, no tan temprano, me entregó un paquete como regalo de cumpleaños, un Frasco de café
de la marca Juan Valdez con dulce de leche, unos chocolates, una caja de galletas, que detalle.
Tomamos café con galletas y emprendimos el camino a Chichen Itzá, quería que ella lo conociera y
esta vez hacerlo con un guía, pues a pesar de todo lo que he leído y con lo que me encanta la
Arqueología sabía que algo me faltaba de aprender.

Me fui muy despacio, salimos como a las 9 de la mañana y como a las 11.30 llegamos a Piste, con mucha hambre, aunque Adela come muy poco yo estaba famélico.

Antes de entrar a la zona arqueológica pasamos a un parador turístico y hotel boutique en Pisté, la comida era bufete, principalmente para las agencias de viajes que incluyen la comida en el paquete, pero llegamos a una hora en que ya no era desayuno, ni comida, de cualquier manera, entramos con la idea de pedir a la carta, pero cuando entramos al restaurante, por cierto, bastante grande, estaban sacando la comida del bufete.

Delicioso, recién salido, todos los meceros a nuestra atención. Recorrimos levemente el hotel, muy hermoso con jardines bien cuidados, alberca y excelente atención. Nos encaminamos a la zona arqueológica; hay cualquier cantidad de gente ofreciendo servicios de guía y orientación, algunos en forma “oficial” del INAH, Turismo y otros “oportunistas”, afortunadamente conseguimos un buen guía y a un precio muy razonable pues es temporada baja.

Pasamos a la zona arqueológica como a las 12.30, un poco de lluvia, pero muy fresco, solo nos dio tiempo de recorrer tres lugares, el castillo, el campo de pelota y el templo de los guerreros. Fue increíble escuchar y descubrir nuevas historias que yo solo sabía de oídas, por ejemplo, que en el Castillo el sonido que hace el Eco al aplaudir en la zona central del lado oriente es el canto de un Ave que solo existe en Guatemala, el Quetzal, el cual no existe en Yucatán.

Que se han encontrado tres capas sobre puestas sobre la base original del castillo y la numerología que existe en cada uno de ellos como tres grandes calenAdelaos y que todo gira alrededor del número 7 que es un número mágico en la cultura maya, como los 7 inframundos.

En el juego de pelota, el más grande encontrado a la fecha, el eco y como se forma para la comunicación entre los jugadores, el eco de lado a lado de la pirámide para la comunicación entre los jueces y las reglas del juego que implicaban la muerte del “capitán” que ganaba como sacrificio a los Dioses porque a los Dioses solo se le puede ofrecer triunfadores.

En el templo de los guerreros me impresionó la influencia y alianza de la cultura Tolteca con los Mayas, los Toltecas se caracterizaban por ser una cultura de guerreros muy sanguinarios, en contraste con los Mayas, en su etapa temprana muy inteligentes, de mucha tecnología y pacíficos. Me pregunto cómo pudo ser posible esa alianza y que tan similares son hoy en día las cuestiones políticas y religiosas.

Salimos de la zona arqueológica y nos encaminamos a la hacienda, si nos costó un poco de trabajo llegar, poca gente la conoce pues está más identificada con la leyenda que envuelve, una historia de amor al estilo de Romeo y Julieta que al sector turístico.

La verdad no teníamos prisa, llegamos a la hacienda como a las 4 pm. Ya nos estaban esperando, principalmente porque no había más huéspedes que nosotros.

Qué hermoso lugar, desde que entras ves la vista espectacular al fondo del terreno, como cualquier otra hacienda, pero en lugar de ver la típica casona con los jardines, las chimeneas de la hacienda henequenera y el cuarto de máquinas, lo que ves es un hermoso Castillo medieval con torres y almenas, adornadas con cañones.

Nos dieron una breve descripción de lo que ahí sucedió y nos prometieron un paseo para conocer la hacienda al día siguiente pues ya estaba oscureciendo, en el castillo hay doce habitaciones tipo suite y junto a la recepción tres junior suites, en una de ellas nos quedamos nosotros, nos incluyeron como cortesía el desayuno en el restaurante el Filibustero que está en la misma hacienda.

Enseguida nos llevaron a la habitación, si bien las villas se veían recientes en el interior todo el mobiliario era colonial.

Decidimos ya no salir, traíamos juegos de azar, vino espumoso y un montón de botana como para las 2 noches que estaríamos ahí, acomodamos lo que traíamos, un bañito y a disfrutar de nuestras viandas, sin prisas y fluyendo.

Me llamé la atención que ese día le habló Lucy a su mamá reclamándole que porque había dejado la puerta de la casa abierta y se salió el perro. Mordió a otro perro de la colonia y que le había costado más de tres mil pesos para indemnizar al dueño del perro que mordió, y que estaba muy molesta.

Adela le explicó que no pudo ser ella pues estaba conmigo desde el jueves y esto sucedió hasta el viernes, me intrigo más porque Adela estaba muy preocupada haciéndole entender que ella era la que había dejado la puerta abierta, no tanto para demostrar que ella tenía la razón, sino que más bien para hacerla entrar en razón.

Más tarde me hablo de su preocupación sobre las relaciones que había tenido Lucy y que le había tocado estar. Principalmente cuando tomaba y su pareja también siempre terminaba en pleitos y en muchas ocasiones en hospital y problemas con las autoridades, lo preocupante para ella es la agresividad que demuestra estando en ese estado o cuando la altera.

Al día siguiente, día de mi cumpleaños, nos paramos muy temprano, preparamos café y salimos a caminar por la hacienda, hermosa, súper cuidada, fuimos hacia un área donde había una piscina, que después nos enteramos que era privada para los dueños actuales de la hacienda, había una pequeña estancia y nos sentamos a tomar café, nos llamó la atención que había equipos de gimnasio, para jalar pesas, y de repente llegaron dos tipos así como guaruras a hacer ejercicio y que en realidad si lo eran; los guardias personales del dueño de la hacienda que acostumbra, según nos dijeron, bajar desde Cancún donde vive, a descansar en la hacienda.

Decidimos mejor regresar a la villa después del paseo, cambiarnos e ir a desayunar.

Vaya desayuno, que atención, las pinturas del lugar que cuentan la historia desde la conquista hasta la revolución, muchas figuras de bronce, cualquier cantidad de relojes antiguos, de péndulo, de cuerda, de todos tamaños y tipos, nos comentaron que el dueño permitía a muchos artistas permanecer en la hacienda a cambio de dejar estos significativos intercambios, como las pinturas y las figuras de bronce.

El desayuno delicioso con productos de lugar, longaniza ahumada tipo Valladolid, miel de sus propios panales, mantequilla, jugo de naranja de su propio huerto, café recién hecho, y sobre todo la atención.

Quedamos con el guía para estar a las 11 de la mañana conociendo la casa principal y que nos contarán la historia de la hacienda, así lo hicimos, que historia de amor y tragedia más interesante, tan interesante que al conocerla el gran prócer yucateco Eligio María Ancona Castillo, exgobernador de Yucatán (30 de noviembre de 1836 a 3 de abril de 1893), escribió un libro sobre la misma llamado El Filibustero, donde se puede identificar a uno de los principales personajes como el Pirata Barbillas que se hizo famoso por sus andadas en las costas de Campeche y la Península de Yucatán.

La definición de Filibustero, palabra de origen francés es “el que se hace del botín libremente”, Su característica especial, que lo diferenciaba de otros piratas, era que no se alejaban de la costa: bordeaban y saqueaban las localidades costeras. Desde fines del siglo XVII su número disminuyó considerablemente.

Recorrimos la casona y sus hermosos cuadros y muebles. Pasamos el día en la hacienda, solo comimos un guacamole y un par de cervezas en el bar de la piscina, la idea era ir a comer a Valladolid. Así lo hicimos y como a las 5 de la tarde nos fuimos al Mesón del Márquez, comimos de maravilla, ese lugar es garantía de calidad, nos tomamos un par de tequilitas, de verdad muy light, me pidió mi pastel y me cantaron las mañanitas.

Desafortunadamente estaba lloviendo y no pudimos ir a dos espectáculos que habría ese día, una en la muestra de altares y otra de luz y sonido en ex convento de San Bernardino de Siena.

Nos tocó ver en el parque un espectáculo de jarana y fuimos a que Adela conociera la Catedral de San Gervasio, también conocida como la Iglesia de San Servacio.

Como a las 8 pm ya estábamos de regreso a la hacienda, esta vez no hubo botanas, solo un brindis más por mi cumpleaños y a dormir. Sin embargo, antes de dormir seguían las llamadas de Lucy reclamándole a su mamá lo del perro, vi en su cara la preocupación y luego me confeso su angustia de sacarla de ese ambiente en el que se había metido, pero sentía que no tenía vida, ni independencia, que a veces sentía miedo y no podía hacer nada pues dependía de ella.

Llego el domingo, habíamos quedado de estar en la hacienda conociendo más el lugar, la capilla, los jardines, la granja, entre otros lugares donde nos permitirían acceso, hasta la hora que hiciéramos el check out 12.00 pm, y luego elegir de regreso si pasábamos a Ec Balam o al cenote Dzitnup, que para mí es el más hermoso que he conocido.

Sin embargo, todo cambio en un instante, antes de las 7 am, entró una llamada a mi teléfono, era Lucy, no contesté, se lo pase directamente a Adela, contestó y solo escuché llanto y la voz de Lucy diciéndole “Mami, Buss está muerto, se murió mami, está aquí junto a mí en mi cama, muerto”.

No supe qué decidir, espere a que Adela se calmara y colgara, la consolé un poco y le pregunte que quería hacer, me dijo que tenía que regresar a su casa que no podía dejar a su hija sola en ese momento pues el perro era como su hijo y tenía muchos años acompañándola.

Le dije que empacáramos, que fuéramos a desayunar porque si estaba tan complicada la cosa seguramente no comería nada. Desayunamos, cerré la cuenta y salimos de la hacienda a las 8.30 am, ya habría tiempo para otra visita en algún otro día u ocasión, todo el camino hasta su casa hubo no menos de tres llamadas de Lucy preguntando a su mamá a qué hora llegaba. Me la llevé tranquilo, sin presión, pero a buen paso; llegamos a su casa a las 10:30 am.

Se bajó sin esperar a que le abriera la puerta, baje sus cosas del auto y con la misma entro a la casa; me fui a casa, confieso un poco choqueado, le mandé mensaje de que ya estaba en casa, no hubo repuesta, le hablé como a las 3 pm preguntándole si todo estaba bien y no se le ofrecía nada, no hubo respuesta, por la noche le volví a mandar mensaje y nuevamente no hubo respuesta.

Al día siguiente me mandó mensaje de que por ahora estaría dedicada al 100 % a su hija, que agradecía mi preocupación y que por favor la entendiera, y así lo respete, solo algunos mensajes ocasionales para saludarla, a veces con respuesta otros no.

Pasó toda la semana así, y el 13 de noviembre en la noche me habló por teléfono, estaba en Cancún, quería despedirse y que por favor la disculpara, que no sabía cuándo regresaría pues ya no quería tener esa vida, de codependencia, de miedo y de depender económicamente de alguien, que lo había pasado muy bien y me agradecía todas mis atenciones.

Muy fiel a mi costumbre le dije lo que yo sentía, lo que habíamos vivido, lo que significó para mí, sin mencionar nada de lo que pensaba de su relación con su hija.

Ella contesto “Fue muy poco tiempo, no te preocupes, con el tiempo se pasa, seguro cuando yo regrese, si es que lo hago, seguramente ya tendrás a alguien más”.

Simplemente no quise contestarle nada solo le deseé que le vaya bien, que Dios la bendiga y le mandé el siguiente Mensaje: “Cada ser humano toma decisiones con estrategias diversas, pero, a fin de cuentas, todos formamos parte de una sociedad y nos regimos por guías similares. Si dices que alguien es reemplazable, quieres decir que no es tan importante como para que otra persona no pueda ocupar su lugar.

Sin embargo, no en todo aplica, como seres humanos podemos ser remplazables pero irrepetibles; porque hay personas que uno no encuentra dos veces en la vida.

Ser irrepetibles nos hace ser diferentes, únicos, pero vale la pena analizar lo que esto implica; por ejemplo: saber que somos remplazables te hará prestar atención a lo que verdaderamente importa.

Tu esencia es lo que te hace ser única e irremplazable, tu sonrisa, tu aroma, tu pasión, tu forma de ser, entregarte a cada actividad con pasión, con amor, con alegría contagiosa, con compromiso; la paz y amor que transmites te hace irrepetible.

Considero que hay personas irremplazables que aparecen en tu vida, como por arte de magia, para borrarte las tristezas, los miedos y las decepciones.

Puedes sentir como van reparando tu corazón con un derroche de bondad infinita. Hay personas como tú, a quien agradezco de corazón haberlas conocido”.

En retrospectiva: La vida es impredecible, por más que tengas las cosas planeadas y tus planes bien estructurados, la vida de repente te lleva a otro sitio, a un lugar o situaciones que desconoces. Ante esto nos podemos sentir extraños, alegres, tristes, angustiados, maestros, aprendices, fuera de lugar, hasta perdidos.

Sin embargo, con la capacidad que tenemos como seres humanos, después de un tiempo de reflexión, empezamos a ver las cosas con mayor claridad y de repente “se hace la luz”.

Pienso en definitiva que por algo nos pasa todo lo que vivimos, hubo un motivo por el cual nos sucedió ese algo que nos movió el tapete, pero son las cosas que nos permiten ser quienes somos hoy en día. Asimilamos la historia de lo que vivimos, y aunque algunas nos hayan causado dolor, desconfianza, dudas inclusive, nos hicieron fuertes en algún aspecto.

Todo en la vida tiene una razón de ser, creo que es una preparación para nuestro “Yo” de hoy y de mañana, para ir formándonos como personas, para ser capaces de elegir nuestro rumbo o para salir de aquél en el que estábamos y en el que no estábamos satisfechos o, simplemente evolucionamos. Recuerdo la frase que le dice Romeo a Julieta, en la tragedia del escritor William Shakespeare: “Soy un juguete del destino”.

No sé si el destino existe o no, pensar en el determinismo me hace sentir que no tengo libertad. Aunque muchas veces, no encontramos explicación a cosas que suceden, simplemente ocurren y por más que intentemos explicarlas, no siempre encontramos un fundamento lógico y racional, no estoy desgarrándome las vestiduras, pero si dolió.

No sé qué tan razonal sea pensar en la vida como si fuera un gigantesco rompecabezas, donde las piezas las vamos juntando a través de nuestro deambular por la vida. Juntando piezas, cambiando otras que no encajan, intercambiamos, hasta encontrar la que encaja o embona en su lugar, de acuerdo a nuestra perspectiva, formando un todo; hasta que finalmente formamos una imagen, cercana o justa a lo que queremos, buscamos o esperamos en cada momento y etapa de nuestra vida.

La historia de Leonel y Berenguela

El Olimpo o la «Un lugar en el cielo» (Kaan Ac) tiene en la parte superior una fila de almenas que dan la impresión de mayor altura o de una torre. Fue propiedad de Gonzalo de Villagómez y de doña Blanca de Palacios, el primero descendiente del fundador y alcalde Bernardino de Villagómez, que en 1543 presidio en Chouac-Há el primer cabildo vallisoletano junto a Francisco de Cieza y ella, descendiente de Juan Palacios, un conquistador del Oriente.

Actualmente Kaan-Ac o El Olimpo luce en todo su esplendor con el remozamiento y rescate realizado por su nuevo propietario el Lic. Gastón Alegre López que tiene un proyecto muy importante para la hacienda.

El empresario radiofónico ha hecho del Olimpo un lugar confortable y elegante donde el visitante puede ver todas las bellezas naturales y estar en contacto con la naturaleza, un lugar donde los Dioses descansan.

En medio de bellos jardines y una plena naturaleza, al llegar a la hacienda se narra una historia que acompaña de por vida a muchos de nosotros, se tiene como fuente principal al libro que se centra en ésta aventura: “El Filibustero”, novela escrita por Eligio Ancona.

Si bien no es muy conocido el libro, el autor sí que lo es, Logró rescatar gran parte de la vida de uno de sus personajes, Leonel. La historia es, nada más y nada menos, que la de la hacienda y de cómo el amor marcó su nombre de por vida.

En el año de 1560, una familia acaudalada compra esas tierras para levantar el casco de una hacienda y un castillo, un fuerte que sirviera como el refugio que reconocían necesitar los recién llegados al Nuevo Mundo. Don Gonzalo y Doña Blanca de Villagómez florecen –junto con su hacienda- en este bello lugar, bautizado como “Kaan Ac” -palabra que en la lengua maya significa “un lugar en el cielo”-.

La pareja levantó parroquias, caballerizas y todo lo que se requería para traer lo máximo posible de Europa a México, razón por la cual, Don Gonzalo hacía constantes viajes a España y dejaba a Doña Blanca abandonada por meses, inclusive por años.

Doña Blanca iba a la parroquia, que más de lo que debía. Tras meses de pasión y confesiones que tal vez no iban precisamente al creador, Doña Blanca recibe en sus entrañas a la consecuencia del amorío con el sacerdote, pero oculta su embarazo de todo modo posible.

Un día lejano al de su partida, Don Gonzalo regresa a su hacienda, donde “misteriosamente” se le cuenta que un bebé fue dejado en las afueras del castillo y, gentilmente, el sacerdote acogió a la pobre alma de tan corta edad.

El niño fue bautizado como Leonel, quien presenció la llegada del vástago de los dueños de aquellas hectáreas: una niña, bautizada como Berenguela.

Ambos crecen juntos y Leonel le instruye poesía y la cultura que se le heredó al crecer en un ambiente donde se le permitía conocimiento al hombre, pero no del todo a la mujer; al paso del tiempo se enamoran. No sólo se murmuraba por las calles ni era porque eran de distintas sociedades, sino porque ambos compartían los lazos sanguíneos por parte materna.

La hacienda toma un nuevo nombre: “El Olimpo”, ya que “Kaan Ac” no era del agrado de Berenguela. En El Olimpo comienza la tragedia cuando Doña Blanca cae severamente enferma y –en su lecho de muerte- le entrega a su hija un guardapelo con algún truco para lograr abrirse.

Doña Blanca descansó en paz, pero no Don Gonzalo, quien separó a los trágicos amantes retando a Leonel a volver con fortuna por su hija para mostrar que era digno de ella. Motivado a incursionar en la piratería bajo el sobrenombre de “Barbillas”, personaje histórico de la Península de Yucatán, Leonel fue un pirata lleno de romance, el cual no cayó en excesos; sirve como crítica social a la sociedad yucateca de la colonia y a sus instituciones vanagloriadas por la iglesia, gobierno y encomienda.

Después de habérsele comprometido, Berenguela es recluida en un convento hasta la fatídica llegada del amante, quien intenta sacarla por la ventana del aposento; al bajar, el guardapelo se atora y abre, dejando caer la verdad: eran hermanos consanguíneos y el párroco era el verdadero padre de Barbillas, escondiendo todo ése tiempo la verdad.

No se trataba de falta de medios económicos, sino el evitar una unión trágica para la conciencia. Berenguela –al leer esto- regresa a la cima de la escalera para dejarse morir delante de su amor. En lo que parece un acto de amor verdadero o de ansiedad extrema, muere Berenguela delante de los ojos de Leonel, quien, tras leer el mensaje, mata al párroco y se le encierra muriendo poco después en prisión.

Don Gonzalo vende la hacienda y sepulta a ambos juntos, sin especificar el lugar exacto, haciendo jurar que no se les exhumaría. Desde entonces, la historia de los amantes de éste pintoresco recinto se cuenta de boca en boca, de tiempo en tiempo.

MI EXPERIENCIA EN UN PARTIDO DE LA CHAMPIONS LEAGUE EN INGLATERRA.

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