Siempre he creído que tener plantas y mascotas es importante. Ayudan a darle vida y movimiento a la casa.
Nosotros tenemos dos perros, tres tortugas y una que otra lagartija que a veces nos visitan por algunos días.
Son un buen pretexto para pasar momentos de diversión conviviendo con la familia y también la perfecta oportunidad de tener algunos momentos de reflexión, paz y agradecimiento en contacto con la naturaleza.
Uno de los perros que tenemos es una hembra, viejo pastor inglés. Ella tiene ocho años y, desde que llegó a nuestra casa, a los dos meses y medio de nacida, nos comprometimos a darle una buena vida… Ella a cambio, nos ha dado muchos momentos de amor, ternura y alegría.
Tracy es más que una mascota, está tan integrada a la vida de nuestra familia, que se ha convertido en parte integral de ella.
Juega con nosotros, duerme con nosotros, come con nosotros. Nos acompaña por las noches mientras vemos algún programa de televisión.
Guarda respetuosa calma y silencio cuando estoy trabajando con mis alumnos de piano. Y tiene una de las miradas más sinceras y expresivas que he contemplado frente a frente.
Hoy la alegría de Tracy, parece que se está apagando. Su salud está dañada. El veterinario especialista está haciendo, junto con nosotros, lo posible para que viva una buena vida por algún tiempo más.
Estas últimas semanas hemos tenido que aceptar la posibilidad de que quizá debamos dejarla dormir definitivamente, sin embargo, mientras haya una chispa de energía y esperanza, estamos decididos a luchar la batalla con ella.
Tracy es más que una mascota. Y el día que se acaben sus dias, yo lo sé, nos va a doler el alma Mientras tanto, queremos seguirle dando los cuidados y el amor que nos sea posible… Como hace ocho años que llegó a la casa… Tracy es integrante de nuestra familia… Ella no es un simple perro más.