Acercamiento a la lectura digital
En la actualidad, nuestra cotidianidad se desarrolla entre lo real y lo digital. Los dispositivos electrónicos facilitan el acceso al texto. En éstos, el almacenamiento y traslado de muchos materiales de lectura ya no resulta un problema.
Los lectores habituados la mayoría se limita a localizar a las prácticas de lectura en medios digitales conocemos las oportunidades que nos brinda la lectura electrónica. Sin embargo es importante evaluar las problemáticas que conlleva.
Lecturas incompletas
Un fenómeno importante se produce con la inmediatez con la que se accede a los textos: la lectura incompleta. Haciendo una investigación, búsqueda de material de interés y entretenimiento, los lectores no se detienen en una profunda lectura de los textos. La mayoría se limita a localizar determinado tema que les interese en forma muy específica. Es una práctica muy similar a la de hojear un libro físico. Estas lecturas incompletas forman lectores sesgados.
La mayoría se limita a localizar determinado tema que les interese en forma muy específica (muy similar al acto de hojear un libro antes de adquirirlo). Estas lecturas incompletas forman lectores sesgados.
¿Podemos confiar en lo que leemos?
Con mayor frecuencia, además, nos encontramos ante la creciente corrupción del texto (en referencia a los libros preexistentes en papel). Si bien es un problema presente a par de la existencia de los libros, en el ámbito digital se ha intensificado. Esto se debe a que cualquier persona puede publicar determinado escrito. Estamos ante el riesgo latente de que los textos digitalizados tengan erratas graves. En la mayoría de las páginas gratuitas, muchos no son subidos por profesionales de la edición o la escritura. Algunos han sido interferidos y modificados intencionalmente. Esto produce que el público no adecuado en la a verificación de la confiabilidad de la información o en el cotejo del texto digital con el impreso –en el caso de que exista un impreso previo– haga lecturas erróneas en el entendido de que no se apeguen al sentido del texto original.
Lectores hispanohablantes
En el caso de la búsqueda de bibliografía especializada (texto digital), en Hispanoamérica nos enfrentamos a un problema sistemático. Los buscadores de textos digitales se enfocan en textos anglosajones. Aunque contamos buscadores académicos, la mayoría de los resultados que estos presentan están escritos en inglés. Hace falta la implementación de sistemas de búsqueda especializados en textos escritos en español. Cierto es que nos encontramos ante un fenómeno cultural en el que la lengua predominante resulta ser el inglés. Pero la mayoría del público hispanoamericano hace sus lecturas en español desechando las que no están en su lengua. Esto supone un rezago cultural en materia de accesibilidad a lecturas, principalmente, especializadas. En referencia al texto digital.
Un público reducido
La lenta transición del libro de papel al texto digital también se debe a la falta de consumidores. Una causa es el poder adquisitivo del escaso público lector. Es, también, un problema cultural. El público está adecuado a adquirir libros en forma tradicional. Son muchos lectores los que aún ven una separación entre el texto digital y el material. Lo que considero más importante para la ampliación del público de libros no impresos, es la sistematización de bibliotecas digitales, por ejemplo http://bdmx.mx/ . En segunda instancia, que se enfoquen en los lectores hispanohablantes. La difusión del texto digital también resulta indispensable. Esta propagación es inprescindible para eliminar la distancia entre las humanidades y los medios electrónicos.
La resolución de éstas dos problemáticas principales no habrán de resolver el problema de la lectura. Pero significa hacer una selección cuidada que sea confiable para cualquier persona con posibilidades de acceso a internet. Es necesario ampliar el acceso al texto digital.