En la época actual, la expectativa de vida se ha incrementado, gracias al avance en la ciencia, los seres humanos podemos tener una vida plena hasta muy avanzada edad, sin embargo, dentro de nuestra mentalidad no ha sido así, un claro ejemplo de nuestra resistencia al cambio, son los régimen de pensión que han incrementado la edad de jubilación, cosa que pone a muchos de nosotros nerviosos, como si fuera el trabajo una especie de maldición bíblica, con término preestablecido.
Deseamos llegar a la jubilación para comenzar a “vivir”, ya con los hijos crecidos, sin el horario determinado al día por el trabajo, sin mayor responsabilidad que disfrutar de “nuestros últimos años”.
Sin tomar en consideración de que no se trata de metas como la jubilación la que va a poner en nuestras manos las herramientas necesarias para disfrutar nuestros más hermosos años. Somos cada uno de nosotros quienes debemos cambiar de mentalidad, dejar a un lado de que somos “viejitos” a los cincuenta años. ¡No señor! , estamos precisamente en que estamos en un excelente punto de reencuentro emocional, social, cultural, anímico. Es nuestra concepción de felicidad que nos delimita no la edad.
Tengo 50 años y… pretende compartir espacios, lugares, eventos y diversos temas que nos permitan reconocernos como una comunidad viva, llena de deseos de aprender, conocer y divertirse, a su modo, a su ritmo, con sus propias estrategias, así que sean bienvenidos y compartamos el presente espacio de interacción.