Dicen que un viaje empieza con un paso, pero cuántas veces no nos atrevemos a dar ese paso, ya sea porque argumentamos no tener tiempo, por falta de recursos, o alguna otra excusa, aunque casi el 90% de las personas que deciden no dar ese paso, es por miedo. Miedo a lo desconocido, a salir de su zona de confort o enfrentarse a sí mismos.
La generación millenial es la que más viaja en la actualidad quizá en busca de paz interior, para conocer nuevas cosas y personas, vivir nuevas experiencias, aprender algo diferente a lo que hacen en el lugar en el que residen.
En décadas pasadas no era tan escuchado la palabra hostel y si alguna vez era mencionada era sinónimo de un lugar poco confortable, inseguro, sucio, para gente “hippie”. Hoy en día los hostel son los lugares más asediados por mochileros o turistas, ya que son económicos, pero también son cómodos. Te permiten descansar, pero también pasar buenos rato de ocio con la gente que se reúne en ellos, cocinar tu propia comida, disfrutar de sus áreas comunes y ahorrarte dinero, ya que dependiendo del lugar en el que decidas hospedarte, siempre será más barato que un hotel.
En los hostel si te hospedas en un lugar de playa, seguramente encontrarás fiesta en más de una noche, pero si estás en una zona boscosa o selvática podrás disfrutar de fogatas y cenas a la luz de las velas.
Como en todos los lugares siempre hay que ser precavido con las cosas de valor, porque no todas las personas respetan los objetos de los demás. En un hostel puedes compartir la habitación con un francés y al otro día quizá habrá un japonés, la gente que se hospeda en estos lugares se va muy rápido, sin embargo, existen casos de personas que deciden vivir por largas temporadas, ya que es más económico que pagar un alquiler.
Si aún no das ese paso, anímate quizá te des cuenta de que salir de tu zona de confort no es tan malo y en alguno de esos viajes encuentres esa paz interior.