Dos sentimientos opuestos atracción y terror sintió al tener un encuentro fugaz con un ser de luz, que encontrarse frente a frente alzó su mano y lo tocó sintiendo una corriente electica como una conexión con el más allá, esta interesante historia nos fue enviada a nuestro grupo de Mitos y Leyendas de Monterrey y del Mundo por un bloguero que se hace llamar Croniscuras y ésta dice así:
“Quiero compartir contigo una experiencia que viví hace algún tiempo, una que me ha dejado con un sentimiento de atracción y de terror que aún me persigue en las noches más oscuras.
Ocurrió en una pequeña casa en las afueras de un pueblo remoto al sur de México. La casa, rodeada de árboles antiguos y envueltos en una penumbra constante, tenía una reputación sombría entre los lugareños. Dicen que estaba habitada por algo más que las sombras.
Una noche, mientras exploraba las habitaciones de la casa en busca de respuestas, me encontré en un pasillo estrecho y oscuro. La única fuente de luz era una vela temblorosa que sostenía en mi mano, proyectando sombras inquietantes en las paredes.
Fue entonces cuando lo vi. Una luz tenue y titilante parpadeó en el extremo del pasillo, como una estrella solitaria en la negrura de la noche. Me acerqué con cautela, sintiendo una sensación de escalofrío recorrer mi espalda.
A medida que me acercaba, la luz se intensificó, revelando una figura borrosa en su centro. Era una silueta humana, pero su presencia era etérea, como si estuviera compuesta de luz misma. Sus ojos brillaban con una intensidad que parecía contener un conocimiento ancestral.
Intenté hablar, pero mis palabras quedaron atrapadas en mi garganta. La figura extendió una mano hacia mí, y pude sentir una corriente eléctrica recorrer mi piel. No era una sensación de peligro, sino de conexión, como si algo en mí resonara con aquella presencia luminosa.
El encuentro fue efímero, la figura desvaneciéndose como una estrella fugaz. Quedé en la penumbra, con la sensación de que había sido testigo de algo mucho más grande y misterioso de lo que podía comprender.
Desde entonces, he sentido una atracción inexplicable hacia la casa y la luz que la habita. En las noches más oscuras, cuando la luna está velada por nubes espesas, a veces puedo percibir la presencia luminosa, como una guía en la negrura de la noche”.
¿Qué fue lo que se encontró en ese oscuro pasillo, un ser de luz o un fantasma? Tal vez un espíritu de alguno de los habitantes anteriores de esa casa, un ser que anda en pena y su alma no descansa hasta que se descubra su misterio.
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