Desde que éramos pequeños teníamos sueños de qué deseábamos ser de grandes, sin embargo, la vida a veces nos va llevando por diversos caminos que nos alejan de esos sueños.
Así llega un momento en que vamos cargando decepción tras decepción y fracaso tras fracaso, aun cuando nos sentamos a meditar que estamos haciendo mal, o porque las cosas no fructifican como deseamos, aun cuando ponemos todo nuestro esfuerzo en llegar a una meta. Y conforme pasa el tiempo nos sentimos más derrotados y sin ganas de seguir luchando.
He sabido de casos de personas a las que veo exitosas, con economía estable, matrimonios sólidos que prácticamente tienen todo lo que les gusta y desean. Y mucho tiempo viví intrigada acerca de en qué radicaba su éxito.
Había alguien a quien admiraba porque además de ser exitoso en lo que se proponía, era un hombre generoso en toda la extensión de la palabra, siempre daba de lo que tenía y nunca decía que no podía ayudar a los demás.
Podía disfrutar de una comida en el más lujoso de los restaurantes tanto como una quesadilla hecha en casa, el mejor de los vinos o un vaso de agua, y además de ser generoso en lo material fue siempre generoso en los consejos. Por lo cual un día le pregunte cuál era su secreto para esa abundancia que siempre había en él.
Y él, cual caballeroso y generoso que era, me respondió sencillamente: Debes vivir sin miedo a volver a empezar. Antes de tener todo lo que me rodea, lujos, viajes, dinero, autos, tuve muchos fracasos, algunos tan grandes que me quedaba sin energía y lloraba a solas pensando que era un fracaso, pero luego me miraba al espejo y me decía a mí mismo: “listo, ya te deprimiste suficiente por esta derrota, descansa, duerme bien y mañana levántate para iniciar sin miedo nuevamente”. Aún ahora que me ves exitoso tengo altibajos, algunas cosas no salen como quiero o espero, pero sé que mañana saldrán. Caerás muchas veces, pero si tus sueños son fuertes, volverás a levantarte y enfrentaras tus miedos hasta lograrlos».
Él ya no está, pero esta sencilla enseñanza es la que me levanta cada día para empezarlo y hacer que mi trabajo sea exitoso, cumplir metas y que mis esfuerzos me vayan acercando poco a poco a mis sueños. Mi pregunta para ti que ahora lees esto es ¿estás dispuesto a vivir sin miedo para volver a empezar cuando te sientas que no has alcanzado tus metas?
Carpe Diem.