Sin miedo a sobrevivir. A mitad del 2020 el mundo se encuentra de cabeza gracias a un virus que fue creado por supuestos tipos de razones que han sido expresadas por los diferentes medios de comunicación, pero a fin de cuentas creado. Tengo mis propias conclusiones que son como una moneda al aire, cualquier cara que caiga puede ser acertada o completamente errónea, así que la intención no es entrar en debate al respecto, en realidad estoy cansado de esta situación como todo el mundo.
Y precisamente del mundo es de quien quiero hablar y no de esta maldita pandemia. Sino de las personas inconscientes de la situación que rompen las reglas y sus oídos son sordos al igual que la ceguera que muestran ante el emblemático No Salgas y Quédate en Casa.
Si es verdad, son claro ejemplo de irresponsabilidad, hasta parece que no ven las noticias de cómo esto nos está afectando a todos, los cubrebocas no son suficientes, así como el gel antibacterial tampoco lo es. Los guantes deben ser de cierto material sino es el mismo caso de inseguridad, etc, etc, etc.
¿Como pueden hacer caso omiso y quedarse en casa a cuidar de sus familias?
A lo que en mi opinión expongo mí caso. Es verdad, lo recomendable es esperar y esperar en casa, ver cuando será el momento indicado de tomar riesgos mientras no solo es necesario el abastecimiento, sino que el dinero no es ni será suficiente dejando a un lado cualquier mal gasto.
Cometí el «terrible error» de renunciar a mi empleo un mes antes de que la pandemia llegará a nuestro país. ¿Pueden creer semejante estupidez? ¿Y porque razón? Así de simple, fueron los dos años más infelices a pesar que tuve un buen empleo en una gran empresa a nivel mundial.
Por esa razón la exigencia era casi una explotación quizá no de trabajo, pero sí de tiempo a pesar de que mi contrato tenía un horario el cual jamás fue respetado, en ocasiones no alcanzaba a comer y estaba expuesto en todo momento, a eso añade llegar tarde a casa con hambre y solo con ganas de dormir, así que decidí acabar con ello, sino el estrés lo haría poco a poco con mi salud y mi matrimonio como lo hizo con muchos compañeros de trabajo.
El punto es que, algunos tomamos decisiones a conciencia y no precipitadas como aparentan ser, los riesgos están en todos lados a toda hora y de diferente manera, sea cual sea tu profesión, empleo, negocio, etc.
Soy de esos inconscientes que salen todos los días de casa persignándose y pidiéndole al creador que me guíe y acompañe para de nuevo estar con mi familia sano y salvo, que con las medidas que tomó sean suficientes para librarme de este virus para poder continuar y traer el sustento a casa.
Se que como yo hay mucha gente a la que llaman irresponsable por salir a luchar por la necesidad que hay, sin caer en la desesperación de actuar de mala voluntad, siendo personas honestas haciendo sacrificios, poniendo el pellejo incluso hasta la salud por delante.
Quizá no llegue a heredar algo más que los estudios a mis hijos, pero considero que el valor de enseñarles a saber cuán capaces somos de salir de casa sin mostrar miedo a lo que pueda deparar cada día, es la mejor enseñanza para cuando lleguen a nuestra edad y se encuentren en este tipo de situación.
Hoy podría ser el tipo tonto que botó su trabajo para pasar más tiempo con su familia, a sabiendas de que el dinero podría no ser suficiente, y tal vez la lección de vida que trato de dar a los míos no sea muy bien comprendida, pero sea cual sea nuestro futuro, no quiero que mis hijos sientan temor de salir a ganarse la vida, incluso que sepan que no se necesita más que dominar el mayor miedo, una vez que logren eso, sabrán que son capaces de lo que sea siempre y cuando en verdad lo deseen.
Por lo pronto, me despido no sin antes reconocer todo esfuerzo de todo aquel que sea cual sea la circunstancia sale a pelear de forma digna, sin miedo a la derrota, sin miedo a caer, para levantarse otra vez y dar todo por sobrevivir…