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De repente te das cuenta que existen otras cosas que un móvil con diversas aplicaciones que nos mantienen esclavizados.

De repente empiezas a buscar opciones de comunicación, de volver a utilizar las llamadas porque diversas plataformas digitales han dejado de funcionar. Y vuelves a las charlas, a admirar el cielo, a admirar la belleza de tus hijos, de tu esposa, de tu familia. Empiezas a recobrar el interés por las relaciones frente a frente, a ver y dibujar sonrisas y no estás esperanzado a mandar un emoticón que sonría por ti.

Después de disfrutar septiembre, con su música, su gastronomía e historia nos damos cuenta que otras actividades nos han esclavizado, que no hemos podido darnos esa libertad que tanto proclamamos. Estamos actuando de manera contraria, estamos esclavizados por el dios de la tecnología.

Dependemos tanto de una aplicación que se nos han olvidado de qué forma lo hacíamos antes.

Por un día me sentí libre y sin ataduras. Retomé a hacer cosas que dejé de hacer con anterioridad, busqué en mis libreros la literatura olvidada, retomé a los clásicos, a los costumbristas y los contemporáneos. Viaje a través de polvo de arroz de Sergio Galindo, viví las batallas en el desierto de Carlos fuentes, busqué la forma de escuchar a macondo, para proseguir la carta de una desconocida de Stefan Sweig.

Por un día fui libre, disfruté tanto, volví a sonreír sin mirar a una pequeña pantalla, me alegré con la voz de los que me llamaban, y agradecí por ver a el sol partir.

Me convertí en las almas olvidadas y otras más, fui noche y fui ocaso, fui viento y fui lágrimas .

Quizás para millones su pérdida fue enorme, para mi fue ganancia, porque valore lo que tengo, y sobre todo por los amigos que aún continúan siendo parte de mi vida.

Disfruté de remojar una concha en el café y sentir como se deshacía en mi boca. Sin necesidad de subir la foto «pal feis», era mi tiempo, mi instante, mi vivencia.

Entendí y comprendí que la libertad vale más que cualquier aplicación.

https://laredaccion.com.mx/si-mi-hijo-fuera-un-celular/veronike-franco/
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