¿A quién no le gustaría ser famoso?
Ya no necesitas ser actor o cantante para que la gente te conozca, basta que tengas tu teléfono celular bien atado a la palma de tu mano, un poco de suerte, y claro, suficiente tiempo libre, subes tus mejores videos, tus fotos del gimnasio, donde por cierto, nadie suda, ¡qué extraño!; fotos de tu última salida al cine, con tu sonrisa de comercial de pasta dental, muy bien ensayada, abrazando la frágil figura de cartón de tu héroe favorito; las fotos de tu desayuno, tu comida, tu cena, de ese vaso con café por el que pagaste 80 pesos -y que ahora te hacen falta-, publicas comentarios, no siempre positivos, y ya está, te lloverán “amigos” de todas partes del mundo, gente que jamás conocerás, que ni siquiera habla tu mismo idioma, pero eso que importa, mientras alimenten tu ego con sus “me gusta”, “me encanta” o “me divierte” es suficiente; da igual si su cara tiene foto de paisaje, si tiene cara de poema con mala ortografía, si se llama “Zoyla Luchona” ó “Rihanna González”, qué importa quién seas ni qué intenciones tengas.
Entre más aumente la lista de tus seguidores, con más seguridad te sientes, más divertido, más querido, pero milagrosamente guardas por un momento tu celular, sales a la calle y qué decepción, ahí nadie te conoce, casi nadie te observa ni les importa a donde te llevaron a comer, a nadie le interesa tu dieta de tejocote con agua caliente, nadie te grita ¡me encantas! al verte pasar, ningún desconocido te detiene y te pregunta: ¿aceptas o rechazas mi amistad? Ahí en la vida real, solo eres tú y lo que vemos de ti, lo bueno y lo malo, no solo lo que tú quieres publicar.
¿De verdad necesitas tanta aprobación de tus “amigos” para ser feliz?
Saludos Luca, bastante interesante tu post, me gusta la manera en que escribes, similar a mi escritura.Hagamos reflexión sobre lo que pasa a nuestro alrededor, pareciera que ya es más indispensable un «me encanta» para poder ser feliz al día, que tomar un café con un amigo y platicar. ironías de la vida actual.