No sé en qué momento se hizo normal la idea de que ser ambicioso es malo, pecaminoso y hasta perverso. Ese concepto es el equivalente a pensar que lo correcto es ser conformista. Lo que personalmente creo que sí es malo, pecaminoso y perverso, es precisamente quedarnos estacionados en la vida sin buscar ser cada vez mejores. Entonces me pregunto: ¿En qué momento o a quién se le ocurrió vendernos esa idea de que la ambición es negativa?
Si de acuerdo a el diccionario de la Real Academia Española (RAE), la definición de ambición es el deseo de obtener poder, riquezas o fama. ¿Cuál es la parte negativa? No creo que prosperar sea algo incorrecto.
El problema no es la ambición en si. El verdadero problema es la actitud de las personas que violan los límites éticos o legales. Luego entonces, lo negativo no está en ser ambicioso, sino en tener escasos o nulos valores de respeto hacia los demás.
La persona ambiciosa pretende mejorar, crecer, progresar.
Si la ambición te lleva a la acción y al desarrollo de proyectos, entonces es saludable y positiva.
La ambición es un motor que debe llevarte a abandonar la mediocridad. Debe motivarte a empezar cada día con un objetivo en mente. Darte la certeza de que puedes ser, hacer y tener todo lo que deseas, y esforzarte por conseguirlo con la confianza de que puedes y mereces lograrlo.
Haz un plan para materializar tus sueños. La realización de tus deseos requiere acción, preparación, disciplina y constancia. Renunciar a tus sueños no es opción.
Para ayudar a los demás necesitas recursos. Sé ambicioso.
¿Te duele la pobreza de tu pueblo? ¿Quieres ayudar a esa persona que no puede costear su tratamiento médico? ¿Te gustaría crear un albergue para los niños en situación de calle? O quizá donar equipo médico al nuevo centro de salud rural, crear un parque público en tu colonia o abrir un centro de rescate animal.
Hermosos y muy nobles deseos ¿Verdad? Pero para que no sean sólo buenas intenciones, se necesitan recursos, financieros, sociales y profesionales… Así es que: sé ambicioso para que llegues a tener la capacidad de ayudar a los demás.