En más de una ocasión se ha reportado la insólita lluvia de animales en diferentes partes del mundo. Algunas veces se habla de peces, otras de ranas, cangrejos, serpientes e incluso de medusas.
No se trata de un fenómeno moderno pues en la antigüedad también se presentaron casos de este tipo, por ejemplo, en el Éxodo se habla de una lluvia de ranas cayendo sobre Egipto.
De igual manera existen textos medievales que narran este tipo de hechos adjudicándose siempre a un ente mayor.
En tiempos recientes estos fenómenos han sido documentados por un mayor número de personas. La explicación por parte de los científicos es que esta peculiaridad se presenta cuando una tromba marina pasa sobre algunos cuerpos de agua y los absorbe; llevándose consigo todo lo que estos contienen (peces, anfibios y crustáceos incluidos) tiempo después, las nubes de lluvia hacen lo suyo.
En el año 2015, mientras esquiaba, un biólogo noruego llamado Karsten Erstad reportó al periódico The Local haber encontrado “miles de lombrices (vivas) en la nieve” algo que resulta inverosímil, puesto que a esa temperatura las lombrices estarían muertas.
En febrero del presente año se reportó lluvia de peces debido a las terribles tormentas que sacudían las costas de Malta. Los habitantes aprovecharon la ocasión para obtener su cena.
México tampoco se ha salvado del inusual espectáculo. En el año 2017 los habitantes de la ciudad de Tampico se vieron sorprendidos ante la caída de pequeños peces.
Como podemos ver estos hechos se han reportado varias veces en distintos lugares del mundo y en distintas épocas; sin embargo,Kirk Semple de The New York Times hizo una investigación muy concreta en Yoro; Honduras.
En este lugar el fenómeno ocurre cada año entre la primavera y el verano. Muchos habitantes ven esta situación como una bendición de Dios, mientras que otros prefieren la explicación científica.
Sea como sea, es algo que caracteriza a este lugar y es por ello que realizan año con año un festival que conmemora dicho fenómeno.
También organizan un concurso en el que las jóvenes compiten por ganarse el título de «Señorita Lluvia de Peces»; título que sería el equivalente a la “reina” de cualquiera de nuestros carnavales.