¿Hace cuanto tiempo que no haces limpieza al armario? ¿Es en serio que usas todas las prendas que estás guardando? ¿Caminas cómodamente y te sientes feliz al usar esos zapatos?… Y esa pijama morada que te regalaron hace más de un año y ni siquiera has estrenado ¿Por qué permites que te esté robando espacio?
A veces nos resulta difícil desprendernos de algunas cosas, aunque no nos queden bien, aunque no nos gusten, aunque no nos hagan sentir felicidad, aunque nos traigan tristes recuerdos, aunque sólo sirvan para estorbar…
¿Por qué será que nos resulta tan difícil soltar? Desprendernos de algunos objetos, recuerdos y malos sentimientos… ¿Por qué será que nos aferramos a ellos?
Ya despréndete de esa ropa vieja… Y de esos malos sentimientos
Tienes un vestido, un pantalón, o quizá una percudida camisola, que es tu ropa preferida para hacer la limpieza ruda… Y es tu preferida porque la odias… Te hace lucir fatal, no es de tu talla, ese color no te va, y por si fuera poco, ya está toda manchada y gastada… ¿Por qué la usas? ¿Cómo te sientes luciendo así?
De la misma manera, como hacemos con la ropa, hacemos con los pensamientos, con las emociones, con los sentimientos… Los conservamos aunque no nos vayan bien, aunque no correspondan a nuestra talla, aunque ya estén muy gastados, aunque sólo estén estorbando y ocupando un lugar bloqueando tu progreso.
Saca de tu clóset todo aquello que no merezca estar ahí, todo lo que no te haga lucir como la persona exitosa que mereces ser, incluso para hacer limpieza o el trabajo rudo o sucio, mereces vestir con dignidad.
Haz lo mismo con tu alma, con tu mente, con tu “yo” interno, y quédate únicamente con aquello que sea positivo, valioso para tu progreso… Admite solamente buena calidad.