Luchas internas que causan tantos daños, tanta destrucción. Cobran vidas, rompen familias, disuelven tu autoestima, distorsionan la verdad.
Tienes grandes sueños, deseos, planes para tu futuro, ideas y tantas cosas más que, si te lo propones y te enfocas, ¡por supuesto que todo eso lo podrías lograr! Sin embargo, siempre sucede algo que manda al piso tu proyecto. Algo estorba y no te deja avanzar.
Y entonces, es aquí en donde hay que pausar un momento y hacerte la siguiente pregunta: ¿Concuerdan mis creencias con mis deseos?
¿Merezco lo que tengo?
La imágen que tengas sobre ti mismo es fundamental para determinar tu camino. Tú decides hacia cuál dirección dirigirte y a qué velocidad caminar. Tú construyes tu destino, tú eliges hasta que tipo de zapatos usar.
Piensa en lo que hoy tienes y no te hace sentir feliz. Piensa en lo que te parece que es injusto, doloroso o que consideras un «castigo» que te has ganado… ¿En verdad crees que es así?
Ahora, piensa en lo que tienes que, tan solo de pensarlo te hace sonreír. Cosas, situaciones, personas en tu vida, todo, piensa en todo lo bueno. Desde lo más pequeño y simple hasta lo más grande y fabuloso. Una taza con café caliente, una cama, un tapete, tu casa, tu auto, tu perro o tú gato, una llamada, una sonrisa,
En ambos casos, digamos «lo bueno» y «lo malo», analicemos un poco: ¿Crees que lo mereces?
Ejemplo: Ese auto nuevo ¿Te parece que es mucho lujo para ti?… Entonces no lo mereces. Pero si realmente lo deseas ¿Cómo lo podrías conseguir? Si tu respuesta inmediata al pensar en el precio, por ejemplo, es que tendrías que ganarte la lotería o trabajar por más de cien años. Olvídalo, ese auto no es para ti.
Debes creer que puedes, debes creer en ti.
El combustible que pone en marcha el motor del entusiasmo es la fe. La fe en ti, en tus capacidades, en tu inteligencia, en tus fortalezas.
Para creer en ti, necesitas conocerte, saber quién eres, valorarte, amarte, respetarte. Saber que puedes ser, hacer y tener todo lo que te propongas.
Si deseas algo y realmente crees que puedes obtenerlo, en tu interior hay una alianza entre tus deseos y tus creencias, y eso hará que encuentres la manera de lograrlo.
No renuncies, no hay fracaso, tienes que insistir. Aprende, busca opciones, y sobretodo, cree en ti.