Es tan común que las personas vayan por la vida sumidos en sus pensamientos y totalmente absortos en sus propios pensamientos y preocupaciones, que cuando vemos a alguien caminando con una sonrisa, es inevitable que llame la atención. Hasta se puede pensar “¿Y este loco de qué se estará riendo?”, “¿Será que no se ha dado cuenta de la situación actual?”.
Y esto no es nada nuevo. Mi abuela decía que “El que solo se ríe, de sus maldades se acuerda”.
De hecho, a veces podemos pasar un buen rato sin saber si las personas están o no sonriendo, porque tienen los rostros literalmente “clavados” en sus celulares.
Con frecuencia, evitamos sonreír cuando vamos por la calle porque podrían tildarnos de locos o, peor aún, creer que le estamos coqueteando a alguien y meternos en problemas.
La sonrisa. Uno de los primeros y más hermosos gestos que tenemos y que tan poco disfrutamos.
Incluso en los ultrasonidos podemos ver sonreír a los bebitos aún en el vientre de su madre.
Una sonrisa no te cuesta nada y vale mucho. Regalar una sonrisa, sin más razón que por el simple hecho de obsequiar algo positivo, puede ser la respuesta que necesitaba la persona a quien le sonreíste, quizás tu sonrisa lo hace pensar que bien vale intentar vivir un día más, o tal vez lo sorprendes y consigues distraerlo de sus pensamientos negativos, también es posible que no te devuelva la sonrisa, quizá sólo te ignore y hasta acelere el paso un tanto asustado porque no es normal que alguien te sonría así, sólo por que sí.
La reacción que tenga la persona a quien le sonrías, es asunto de esa persona, tu asunto es sonreír, aunque quizá nunca sabrás lo valiosa que fue tu sonrisa en la vida de aquella persona… quizá nunca sabrás si le estás animando a seguir avanzando en sus proyectos, o si estás reforzando su autoestima o si le estás dando una razón para seguir adelante un día más.
Recuerda sonreírle a tu pareja, a tus hijos, a tus padres, pero principalmente, empieza por regalarle una sonrisa a esa persona que se refleja en tu espejo cada mañana… te aseguro que si le sonríes, al mismo tiempo te devolverá la misma sonrisa que le estés brindando.