De manera inconsciente vamos por la vida calificando y juzgando a todo aquel o aquello que se nos cruza por la vida. Es increíblemente fácil caer en ese esquema que, cuando nos damos cuenta, ya hicimos en nuestra mente un exhaustivo análisis, descripción y hasta le creamos una historia a las personas, aún sin conocerlas. A veces nos es suficiente que nuestros caminos se crucen dos segundos en la calle para activar nuestro “escáner calificador de individuos”.
También es facilísimo caer en el “club de los juzgadores” cuando estamos con alguien más, en grupo o en pareja. Con uno que empiece a externar sus opiniones (que generalmente son críticas negativas), basta para que corra la cascada de juicios y opiniones acerca de tal o cual persona.
Ver y “calificar” lo malo o negativo que hay en las demás personas, nos cuesta el mismo trabajo que ver lo bueno que hay en ellos, sin embargo, aunque nos cueste lo mismo, la enorme diferencia es el impacto que esto tiene en nuestras propias vidas.
Un impacto que puede ser positivo o negativo.
Si al estar frente a alguien me sorprendo haciendo un juicio negativo, por ejemplo, lo mal que le va ese corte de cabello, tengo la oportunidad de cambiar y tomar la decisión de buscar algo positivo, por ejemplo, apreciar lo bien que le va esa chamarra roja. Y si además de apreciar lo positivo, lo menciono como un sincero cumplido, estaré potenciando el beneficio.
Buscar y ver lo bueno en cada persona y en cada situación, me pone en un estado de optimismo, es mejor para mi salud e incluso mejora mi capacidad para tomar decisiones correctas a lo largo del día.
Adoptar esta regla de oro como una forma de vida, cambiará no sólo la percepción que tenga yo de los demás, sino que también cambiará mi propia imagen ante ellos y, lo más importante, cambiará a positiva mi autoestima.
[…] felices ni infelices, sino que en el camino aprendemos a ser una cosa u otra; y que gran parte de nuestra elección depende que nos llegue la felicidad o la […]
[…] movimientos desde mi ventana. Que yo no me creía el cuento de que su vida era tan perfecta y exitosa y que le exigía que me dijera cómo podía ser tan feliz viviendo entre tanta […]