Debo empezar reconociendo que la curiosidad y el morbo nos llevan a explorar terrenos pantanosos, los túneles de la alcantarilla, y quizás el inframundo. Nada nuevo, en una humanidad cada vez más hostil o con histórica hostilidad. Una referencia, el pasaje bíblico de los hermanos Caín y Abel. Hace unos días estrenaron en una plataforma de streaming, los primeros dos episodios de la serie mexicana ¿Quién lo Mato?, producida y dirigida por Humberto Hinojosa, que trae del pasado, el caso Paco Stanley, conductor de televisión, asesinado el 7 de junio de 1999.
La próxima semana se cumplirán veinticinco años del hecho trágico, ocurrido en el área de estacionamiento del Restaurant El Charco de las Ranas, ubicado en el sur de la Ciudad de México.
Esta nueva historia, gira alrededor de los personajes principales, que estuvieron cerca del también actor y locutor de los medios del espectáculo en México, y que de alguna manera tuvieron presencia en su vida, hasta el día de la ejecución.
Encabezan el reparto los actores Roberto Duarte, Luis Gerardo Méndez y Diego Boneta, en los roles estelares. Su último programa fue Una Tras Otra en la televisora del Ajusco, TV Azteca.
El caso del popular conductor de televisión de la década de los noventa, uno de los más mediáticos del ambiente artístico nacional, incluso utilizado por los medios, con la intención de provocar el linchamiento político y social del entonces Jefe de Gobierno de la capital, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, dejó más interrogantes y sospechas, que resultados convincentes, después de las investigaciones y el proceso judicial contra los implicados.
En principio, la declaración oficial de que el atentado no tuvo como objetivo el secuestro o el robo, sino que fue un homicidio intencional planeado, desactivó la presión mediática y el escándalo orquestados por las televisoras privadas. Además, del anunciado hallazgo de droga en los bolsillos del mismo conductor y su principal colaborador y amigo Mario Bezares.
Como informaron los medios de comunicación que siguieron el proceso, después de varios años en prisión, Mario Bezares y Paola Durante, serían liberados por no acreditarse plenamente su culpabilidad en el asesinato como autores intelectuales, por lo que la teoría conspirativa fue descartada, quedando la hipótesis de que el asesinato había sido ordenado por un grupo delictivo, con el que Stanley Albaitero mantenía nexos, revelándose, que tras su popularidad en la televisión, escondía sus actividades de tráfico de droga y lavado de dinero de organizaciones criminales.
Pero lo más interesante de esta nueva versión del caso, una ficción inspirada en hechos reales, es el paralelismo que guarda la situación del México de finales del siglo XX y las condiciones actuales del 2024, es decir después de un cuarto de siglo, en los temas de la seguridad pública y procuración e impartición de justicia. Sin duda, son asignaturas pendientes y factores esenciales para la tranquilidad y paz de la sociedad.
Más allá, de haberse magnificado el hecho y generado consternación social, está claro, que no se atendían con eficacia, y continúan igual esas obligaciones del Estado. En consecuencia el aumento de la violencia y la criminalidad en el País. Es una prioridad, que el gobierno y la sociedad aceleren la aplicación de políticas públicas, con el propósito de mejorar la seguridad pública.
Asimismo, apurar la reforma del sistema de justicia, para atajar la histórica y vergonzosa impunidad y abatir la ineficiencia y crónica corrupción. Para reflexionar. Hasta la próxima.
Cómo ahora el caso de Miguel N… Ahora le pondrán todas las víctimas en su saco, y listo un culpable para todo … Y descansar.