Hola nuevamente, reciente escribí una nota sobre el Autismo, pues bien, esta vez les compartiré un poco de cuál fue mi reacción, mis miedos (que aun mantengo algunos), un poco de las cosas que he hecho y he visto que han funcionado, pero teniendo en cuenta siempre que no todo dará el mismo resultado, ya que cada persona es un mundo.
Cuando Mat nació no noté algo fuera de lo normal, de hecho era el bebé más tranquilo y mejor portado de la guardería, incluso sus maestras decían que querían más niños como Mat. En casa era igual: tranquilo, comía bien y prestaba atención a lo que lo rodeaba, incluso era fan de las telenovelas (la persona que cuidaba a Mat en ese tiempo miraba demasiadas) lo sentaban y ahí podía estar, pero luego pasó al primer grado de preescolar y fue la primera señal de alarma.
Su maestra notó que Mat tenía algo diferente en él y nos recomendó llevarlo con un especialista y así lo hicimos, lo llevamos con un psiquiatra (uno de los más recomendados en la ciudad) y nos dio el diagnóstico de que Mat tenía el síndrome posesivo/dominante y que teníamos que ser mas estrictos con él e incluso darle una que otra nalgada porque tenía un desafío por la autoridad muy marcada y, obvio, reducir ingesta de dulces.
Como buenos padres primerizos creímos en ese diagnóstico y se lo comentamos a la maestra, trabajamos en ello y no vimos cambio alguno, hasta que al siguiente año, por razones de trabajo, tuvimos que cambiarlo de escuela y si algo es muy marcado en niños y personas autistas, es que no le gustan los cambios. Y no reaccionó nada bien a pesar de llevar todo un año siguiendo las indicaciones del psiquiatra, por lo cual la maestra, con un poco mas de experiencia, nos recomendó pedir otra opinión y llevarlo a CAPEP (Centro de Atención Psicopedagógica de Educación Preescolar) para evaluación.
Esta vez decidimos ir con una paidopsiquiatra, quien le realizó las pruebas correctas y nos dio el diagnóstico correcto de Autismo con TDAH (Trastorno de Déficit de Atención por Hiperactividad). Mi primera reacción fue el no creerlo y un miedo me inundó, pues se bien lo que las personas “normales” suelen hacer con aquellos que no encajan con la misma forma de pensar.
Si bien nada nos prepara para ser padres, menos para ser padres de niños con autismo, si bien es un mundo completamente diferente día a día es un nuevo descubrimiento y aunque son niños y personas de rutinas, por lo menos a Mat le encanta una que otra sorpresa.