Miro tus fotos llenas de glamour
Mientras me hundo en la prostitución
No tienes idea de cómo se construyó
Lo que disfrutabas con tal devoción.
Mi atormentada alma, muchas veces sin rumbo y a veces a andar obligada. En la mafia he encontrado mi lugar, lo he ganado a pulso y tras varias acciones llenas de éxito. Un lugar donde es difícil el respeto, por mucho tiempo me creía ya muerto, sin embargo una noche todo cambió.
Eran días de celebrar, nuestro sucio dinero pudimos al sistema adentrar y en altas esferas la fiesta era lo que habría de llegar.
Yo, un novel delincuente apenas, impulsado por el sucio elixir, la sangre en mi cabeza todo daba vueltas, la luna en su apogeo y la noche llegaba, fui una víctima de mi terrible impertinencia.
Entre las sustancias, reconocí una siniestra figura, era aquél sucio político que había ordenado tiempo atrás arruinar mi vida y encarrilarme al abismo, dónde por más que me esforcé no logré de nuevo llegar a la superficie anhelada.
Agarré mi cuchillo, me dispuse a matar, sin embargo me ví de pronto interceptado, con armas atacado, me dieron por muerto y de pronto solo veía la oscuridad del imponente bosque, una rabia incontenible me invadía, era la furia lobezna, mientras sentía las más siniestras fuerzas acercarse, llenarme de un demoníaco poder.
Ascendí hacia afuera cargado con balas de mi furia emanadas, imponentes mis colmillos, asesinaba a mi paso, no conocía la piedad.
Una masacre terrible nadie pudo freno ponerme, me daba gusto, disfrutaba esa inmensa libertad del placer de matar.
Más al fondo sale el brujo personal, del supersticioso y paranoico político, lanzando sus hechizos, usando el inmenso poder de la plata terrenal, me veía invadido ahora de la calma propia de la muerte acercarse, veía en el suelo mi sangre, no daba más sed era el símbolo de mi derrota.
La fuerza sobrenatural se iba, me sentía vulnerable de nuevo, sentía mi tragedia estaba sellada, sin embargo de la muerte volvía. Angustiado, mis pocos sentidos restantes oían. Está perfecta obra de satán, esta rabia proveniente de la oscuridad, nunca nuestras armas de plata se cubrirán, pues este ser nuestra guía será. Su alma no es más humana, es un cuadro representando a satán y su fuerza bestial. Es una herramienta que debemos controlar, usar y podremos derrotar a nuestros enemigos, hasta arriba llegar. Brindemos entonces por las fuerzas que jamás comprenderemos, pero que nutren el dominio sobre nuestro perverso mundo.
