En la mayoría de los colegios, se tiende a calificar en base a la capacidad de la memoria retentiva, de razonamiento y de solución de problemas.
En un trabajo, es normal que contraten al personal más calificado para determinado puesto, ya que eso le generaría mayor productividad a la empresa y se ahorrarían los gastos y el tiempo de capacitación.
Si desde nuestros años mozos nos enseñaron que, nuestra primera responsabilidad que es la educación, debemos cumplir los lineamientos impuestos; entonces, al entrar al campo laboral ves que de nada sirvió tener buenas calificaciones, sino, tener la experticia que debiste desarrollar en este tiempo, en pocas palabras, tener la mejor cualificación.
Pregunta difícil de responder
Y así fuimos aprendiendo que debía ser la vida, a que alguien tendría que asignarnos un valor. Y es aquí donde viene una pregunta difícil de responder:
¿Cuál es tu valor como persona?
Y la que sigue.
¿Quién lo determina?
¿Quién determina tu valor como parte de la sociedad? ¿Quién como pareja, como amigo?
Estamos tan acostumbrados a encontrar nuestra valía en la opinión de otros, creemos que con tener “X” o “Y” posesiones nos hace tener un mejor estatus ante la sociedad, dejando a un lado los valores que tenemos.
No eres un árbol, puedes moverte
Y sí, somos seres sociables por naturaleza, la mayoría de nosotros no sobreviviríamos solos en este mundo, por eso tendemos a relacionarnos con nuestro entorno. Y ¿qué pasa cuando el entorno no te es propicio para seguir? No eres un árbol, puedes moverte.
Si aprendes que el simple hecho de ser una persona, un ser viviente, y que por solo existir ya eres alguien, te quitarías de encima las dudas existenciales que te aquejan cuando te asalta la pregunta “¿Soy valioso?”, “¿Soy suficiente?”.
Tenemos esa idea de que pasamos por la vida y nos vamos como si nada pasara, pero no. No sabes la cantidad de vidas que puedes llegar a cambiar con estar ahí para alguien, con ser su hombro, con escucharle, con regalarle una sonrisa a un desconocido.
Tu valor, dátelo tú mismo. Sólo no pisotees a nadie, ¿va?
