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¿De qué otra forma explicaríamos el dolor heredado? Aunque más justo sería decir que, en nombre de Dios se odia a las mujeres, porque, a fin de cuentas, quienes ejecutan el acto de odio son los hombres y a veces incluso, hasta las mujeres mismas. Ésta por supuesto, es una reflexión que puede despertar todo tipo de pasiones, desprender rechazos y hasta causar escándalo, pero prometo que no está fundamentada en la ceguera ni en el rencor desmedido, sino en la Historia misma.

El pensamiento afloró un día que leía un estudio teológico enfocado en otros temas: Sodoma y Gomorra. El pasaje bíblico es conocido por todos: Dios envió a sus ángeles a destruir el pecado y la abominación de estas ciudades, pero no antes sin advertir a Lot el acto de justicia divina que se llevaría a cabo. Cuando los hombres del pueblo se enteran de la presencia de extranjeros en la ciudad, demandan a Lot entregarlos para así poder violentarlos física o sexualmente (aún existen discrepancias en las traducciones) pero Lot se opone y para proteger a los ángeles de Dios, prefiere ofrecer a sus hijas vírgenes a cambio.

La naturalidad de la alternativa me dejó helada, Lot prefería ver a sus hijas ser humilladas ante una horda de hombres hambrientos de violencia y poder, siempre y cuando se protegiera la integridad de los ángeles de Dios, que eran por sí solos poderosos e intocables.

¿Por qué Dios no estalló de rabia al escuchar tal opción? ¿Dios castigó a Lot por imaginar siquiera que el dolor de sus hijas era poca cosa comparada al dolor de los ángeles? ¿Y Por qué Lot no dijo: “tómenme a mí”?

En este punto de la historia, poco me importaban las intenciones de los Sodomitas; había empezado a leer un estudio que abordaba el tema de la homosexualidad desde la perspectiva bíblica y terminé detectando todo tipo de vejaciones contra las mujeres, aunque tampoco fue una total sorpresa. Creo, mejor dicho, que fue un entendimiento no buscado, una comprensión fría y cruda de una verdad que siempre ha sido obvia, y que ahora, leyendo las sagradas escrituras, me parece incomprensible. “¿Por qué Dios odia a las mujeres ?”.

Entiendo por qué los hombres, mortales y malvados, lo hacen, pero ¿por qué lo hace Dios? ¿Por qué la mujer tiene que sufrir el doble de dolores a lo largo de su vida? Y eso solo mencionando la parte biológica. ¿Por qué sangramos? ¿Para recordarnos toda la vida el pecado de Eva? Quizá es para recordarnos que somos nosotras las portadoras de lo divino y lo maldito, que es el humano mismo. ¿Hay acaso destino más cruel que llevar en el vientre a quien termina matándolo todo? Incluso hasta al hijo de Dios. Porque no importa desde qué trinchera veamos el asunto, una mujer puede ser una santa, puede ser una científica brillante, apegada a la lógica y la justicia, una existencia moralmente intachable.

Una mujer puede ser ejemplo de una vida digna y valiosa gracias a sus acciones y su buen corazón, pero al final, a pesar de todos sus esfuerzos, seguirá sangrando cada mes como recordatorio de que está pagando por los pecados de la Madre original a la que nunca conoció. Con cada calambre en el vientre se le reafirma que solo tiene dos opciones: sangrar o la vida, y que ambos caminos la llevarán de igual forma al sufrimiento y a la angustia, con breves lapsos de dicha intercalados en una existencia corta y en desventaja. ¿Quién es autor de nuestro sufrimiento corporal? ¿La naturaleza o Dios? ¿Quién es autor de nuestro sufrimiento espiritual? ¿El Universo o Dios? ¿Quién es autor de nuestro sufrimiento terrenal? ¿El mundo o Dios? Son preguntas a las que todavía no les encuentro respuesta.

Vivir 3 tiempos o momentos a la vez
Haste, Haste, la hora de México

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