¿Qué es el espíritu? El principio inteligente del universo.
Allan Kardec
Cuando escuchamos la palabra “espiritismo” nuestra mente evoca imágenes de gente alrededor de una mesa, objetos que se mueven y seguramente la presencia de demonios que engañan a los participantes que luego pagan con sus vidas. Sin embargo es fascinante descubrir que estas imágenes que una sola palabra recrea, son una mezcla de la realidad y la fantasía añadida por los enemigos de esta doctrina.
La película de Netflix titulada Kardec retrata la fundación de esta doctrina que hoy conocemos como “espiritismo”, además sigue de cerca la vida de su fundador cuyo nombre de pila fue Hippolyte Léon Denizard Rivail, quien nació en Francia el 03 de Octubre de 1804. Este personaje histórico es quien más tarde toma el nombre de Allan Kardec para escribir los libros que darían forma a la sociedad espiritista francesa. Por supuesto la publicación de los libros generó controversia y la iglesia rechazó y prohibió a sus creyentes acceder a estos. Sin embargo la búsqueda de una nueva forma de ver la vida, permitió que estas creencias se propagaran por todo el mundo, llegando incluso hasta México, donde uno de los principales fundadores de la Sociedad Espiritista del país fue el hermano de Justo Sierra, Santiago Sierra.
Es importante mencionar que aunque el espiritismo incluye mesas volando, mediums y contacto con seres del más allá, no tiene que ver con la idea diabólica que presentan sus adversarios. Es una doctrina basada en estudios científicos realizados por su fundador, no son conjeturas hechas al azar, defiende la creencia en la reencarnación porque la vida o encarnaciòn es sólo un proceso de aprendizaje, y por otro lado no rechaza la creencia de dios sino que lo interpreta como una inteligencia suprema en el universo.
Todo esto me lleva a pensar en sus similitudes con las religiones del mundo, puesto que busca un mejor entendimiento de nuestra realidad y plantea como otras religiones, la necesidad de amar, perdonar y vivir pacíficamente. También descubro en esta doctrina similitudes con el Budismo, ya que ambos defienden la existencia de la reencarnación y la certeza de que el espíritu o conciencia, trasciende, mientras que el cuerpo es sólo un medio para que ésta se manifieste. En las religiones Judeo-Cristianas llamamos alma a esta esencia trascendental, pero a diferencia del espiritismo, no tenemos tantas oportunidades para aprender, si repruebas no hay extraordinario, te espera el infierno o la nada.
Es por eso que ver la película de Netflix; Kardec vale la pena, no es sólo una biografìa, es la oportunidad de descubrir otras formas de interpretar el universo y la existencia del ser. Es una oportunidad para iniciar nuestra propia búsqueda de las respuestas a las preguntas que todo humano se hace ¿Quién somos y por qué existimos? Según la visión espiritista e incluso la budista, seguiremos regresando una y otra vez hasta que aprendamos lo necesario para alcanzar un nivel superior. Bien podemos gastar miles de vidas para descubrir la verdad, pero quizá ver una película como Kardec podría inspirarnos a dejar de desperdiciar tiempo e iniciar una búsqueda espiritual que nos acerque a la verdad de este misterio al que llamamos universo.