Hay ocasiones en que, por amistad, por empatía, por hacer la buena obra del día o por alguna razón similar, nos negamos a aceptar que otra persona nos pague algo.
Quizá algún amigo o familiar se vió en la necesidad de pedir dinero prestado y recurrió a ti. Tú estuviste en la feliz y afortunada situación de poder apoyarlo y le prestas lo que te pide. Un tiempo después, esa persona regresa a ti con la intención de pagarte el préstamo. ¡Acéptalo! Recibirle el reembolso es una buena acción de tu parte.
Sabemos que muchas veces nuestros amigos o familiares no pueden pagarte, incluso hay quienes si pueden pero “fingen demencia” y no te pagan, y hay hasta quien se ofende cuando le recuerdas que ya venció la fecha en que se había comprometido a hacerlo.
Antes de continuar, te dejo una sugerencia: si vas a prestarle dinero a alguien (sobretodo tratándose de familiares o amigos), presta sólo lo que estés dispuesto a no recuperar. Si te lo pagan ¡será excelente! Si no te lo reembolsan, quizá será una carga para la conciencia del deudor, pero eso no debe convertirse en un problema que te quite el sueño. Es mejor un amable “no”, y por cierto, no te sientas comprometido a dar mayores explicaciones para justificar tu negativa.
Reconociendo y reafirmando la prosperidad.
Cuando le recibes a alguien el pago de algo que en algún momento te pidió prestado, aunque no te haga falta ese reembolso, lo estás ayudando a mejorar.
Aceptar que te paguen (aunque quizá vuelva a pedirte apoyo la siguiente semana), es una manera de hacerle saber a esa persona que reconoces que está prosperando, y el hacerlo le dará la sensación de logro, influyendo positivamente en su autoestima, y si se lo puedes mencionar de alguna manera sincera es aún mejor.
Lo mismo aplica al permitir que, ocasionalmente, alguien pague la cuenta, por ejemplo, del almuerzo juntos, o cuando te dan un regalo especial, quizá esa pañoleta que algún día le dijiste que te gustaba.
El agua estancada se pudre.
El agua y la riqueza deben fluir para mantenerse limpias, renovadas y bien oxigenadas. Así que permite que tu riqueza circule permitiendo que la prosperidad de los demás se ponga en sano movimiento.
