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En la madrugada del 22 de abril del 2023, exactamente a las 3:33 una mujer que parecía haber salido de la tumba moviendo la tierra con sus manos llegó hasta la puerta de Juan, un vecino de la colonia Mitras, quién nunca le tuvo miedo, pero se quedó pensando si no sería un alma en pena.

Este relato llegó de forma anónima a nuestro grupo de Mitos y Leyendas de Monterrey y del Mundo, por cuestiones de una mejor narrativa le hemos puesto el nombre de Juan.

Juan descansaba en el porche de su casa, cuando a las 3:33 de la madrugada una extraña y misteriosa mujer tocó a su puerta: “Me pidió un cerillo para encender un cigarro que ella traía, -si tengo fósforos pero no los quise sacar ya que tenía a la mano un encendedor- estiré mi mano entre la reja para darle el encendedor, pero ella me dijo que por favor yo se lo prendiera y bueno le prendí el cigarro, luego me pidió agua para lavarse las manos ya que las tenía sucias manchadas con tierra”.

Juan entró a su casa y sacó dos botellas de plástico con agua llegó al porche y abrió el portón de su casa para salir con la misteriosa mujer.

Le ayudó a lavarse las manos con uno de los recipientes mientras que el otro se lo dio con agua para beber, mientras a su nariz le llegaba un raro olor, como a algo enterrado por mucho tiempo.

Pero algo muy extraño sucedió ya que la extraña señora se puso a llorar mientras Juan le lavaba sus manos y de repente se puso a llorar muy fuerte, a grito abierto.

“Yo no quise preguntarle porque razón lloraba, no quería molestarla con mis preguntas”, no le pareció correcto meterse en lo que no le incumbía.

Su llanto era tétrico y aterrador, pero Juan no sintió miedo, solo la necesidad de no preguntarle nada, ni intentar contenerla, simplemente no meterse en sus asuntos y dejarla llorar.

“Me dio las gracias y me dijo que era muy bondadoso y se fue caminando llorando, le pregunté si ya había cenado algo y le ofrecí comida, pero no la quiso y siguió su camino”.

Momentos después, Juan se puso a pensar en lo que acababa de pasar y se acordó que unas horas antes pasaron 3 perros negros desconocidos, frente a su casa, después siguió la señora llorona con sus manos llenas de tierra y le llamó mucho la atención que cuando él estuvo sentado en el porche de su casa en un rato se juntaron los 4 elementos, el fuego, la tierra, el aire y el agua y que todo se juntara en la hora sagrada 3:33 de la mañana.

“No tengo la menor idea sí estuvo mal lo que hice o estuvo bien, tampoco el significado de lo que pasó y si solamente me estaré sugestionando”, Juan se quedó pensando si no había sido un alma penando y si había estado platicando con un fantasma.

¿Tú qué piensas amale lector, sería una fantasma o simplemente su imaginación?

El sueño
Madura y piensa como un niño

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