Padre primerizo

Padre primerizo. Pasaron dos años desde que perdimos nuestro primer hijo, para quedar embarazados nuevamente. Hace un mes, nos estrenamos como papás; y vaya que literalmente es estrenarnos, porque nuestras vidas dieron un giro tremendo en casi todos los sentidos.

Primero las citas cada mes con el especialista, los comentarios de las abuelas, tías y hasta la vecina; sin olvidar todos los preparativos emocionales y económicos que conlleva un acontecimiento de esta magnitud y naturaleza.

Esas últimas semanas de embarazo parecieron las más difíciles y cansadas, parece que bebé consumía toda la fuerza de ella hasta dejarla agotada, además, el vientre crecía y crecía cada día.

Y que decir del parto, la experiencia culmen de todo esto, la recuerdo y parece fue un sueño. Piensas en que todo puede ocurrir. Que si el bebé nacerá sano, en la salud de la esposa, que si el dinero si será suficiente, en fin todo.

Hoy veo a mi pequeño Murad, lo abrazo, doy su biberón. Me siento otro completamente, es como un mirar atrás y dejar una parte de mí, ver el comienzo de una nueva etapa.

Desvelado, cansado, enojado son algunos síntomas de mi nueva etapa.

Esta mañana preparé el almuerzo para mi esposa y para mí, lo serví, Murad estaba dormido, justo cuando la llamé para almorzar se escucha un grito de él, me sentí molesto, como si bebé dividía nuestras vidas.

Pero no es así, después entendí, que él es un complemento para nuestro matrimonio.

Gracias Murad por alegrarme la vida de una nueva manera. Eres el mejor regalo que he recibido en la vida.