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Comunidad Terapéutica es un poemario al que yo no le cambiaría una sola coma. En medio de un período histórico distinguido por la preponderancia de la violencia, lo que la causa y la reacción que provoca, pocas veces profundizamos en su aspecto más profundo: el dolor. En pocas páginas, Iveth Luna Flores nos lega un discurso poético que rellena esta laguna en el lenguaje y la literatura, aunque sea parcialmente. Difícilmente he leído yo una obra que conjugue así la belleza con lo trágico, lo crudo, desde que Figueroa nos dejó Belleza Cruel en la posguerra española.


Al leerlo, parece que fue escrito el poemario entero alrededor de ese primer “Poema a 1.5 interlineado”; la representación de la belleza, siempre más insípida que lo representado, se mezcla en sus versos con la violencia y el dolor, con la tragedia. Es un contraste magistral, perfectamente llevado a cabo. Y aunque no toda la colección de poemas mantiene la calidad lírica del primero, nunca decae a la obscenidad ni a lo patético.

Parece ser que Comunidad Terapéutica es, al leerlo, la narración de un proceso más allá que la descripción de un estado estático en el tiempo. Es, como en ese primer poema, un ir y venir entre lo bello y lo doloroso de ser mujer, de vivir en esta sociedad con las aristas que presenta, de creer poder comunicarse con otro y fracasar; y, al final, de simplemente sobrevivir a la violencia, a sus causas y efectos.


No es, aún con todo, una lectura fácil ni ligera para muchas personas. La principal virtud de Iveth en este libro es no cortarse ni limitarse en lo representado ni en lo que dice. Habla, como ella dice, de las espinas en la flor, no solo de su color o de su tersura. Cuando la poesía habla de dolor, es porque causa ese dolor al leerlo, lo reproduce y representa. Como tal, aun así lo recomiendo ampliamente para disfrutar una de las obras de poesía contemporánea más merecedoras, en mi opinión, de galardones y de lecturas. Es una obra inolvidable que nos recuerda, como pocas veces se nos recuerda hoy en día, que las espinas son parte de la flor; quizá, en ojos de algunos, la única parte que merece ser sentida.

https://laredaccion.com.mx/la-dedicatoria-en-una-obra-por-ejemplo-en-un-poema/josefiladelfogggmail-com/
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