Cuando vamos a una tienda de autoservicio, es común encontrar islas de saldos. Ya sabes, esos contenedores llenos de artículos diversos que, generalmente, son los que no fueron vendidos en el tiempo esperado.
Esos montones de los llamados “saldos”, podríamos decir que son lo que sobró, lo que ya nadie quiso. Sus empaques (cuando los tienen), ya lucen maltratados, rotos, abiertos, porque se han ido deteriorando de mano en mano, y no precisamente porque muchas personas los tomen para revisarlos mientras deciden o no comprarlos, sino porque han dado ya muchas vueltas mientras los hacen a un lado para arrumbarlos y que no estorben la búsqueda de algo quizás mejor.
Por ejemplo, en las tiendas y departamentos especializados en telas y artículos de costura, podemos encontrar formados los rollos de la gran variedad de telas, todos organizados por estilos, colores, texturas, calidad, etcétera, y casi siempre hay, en la entrada o lo más visible que se pueda, un contenedor con los retazos, sobrantes de las ventas. Ahí encontrarás todo tipo de material, calidad, tamaño, todo revuelto y algunos hasta ya irremediablemente rotos o sucios.
La característica general de estos contenedores de “saldos” es que son muy baratos y en algunos lugares llegan incluso a ser gratis. Lo que el comerciante quiere es deshacerse de ese artículo ya considerado inservible. Si puede recuperar algo del costo está bien, y si no, también.
Este asunto de los saldos sucede en todos las áreas del comercio. Comida, ropa, juguetes, artículos del hogar, ¡en todas!… Incluso, en los servicios que las personas ofrecemos.
Sea cual sea tu área laboral, todos vendemos algo. Incluso si tú eres un empleado, estás vendiendo tu servicio, tu tiempo, tu experiencia, tu conocimiento. Todos vendemos algo. Así que, por favor… no te quedes en los saldos.
Actualízate, estudia, prepárate. Procura aprender algo nuevo cada día. Leer es básico ¿Cuántos libros has leído en los últimos noventa días?
Toma la decisión de ser mejor cada día. Estar mejor preparado aumenta tu valor, aumenta el precio y calidad de tus servicios.
Trabaja duro en ti mismo, en aprender, en mejorar. Sé un eterno estudiante y por favor, no te quedes en los saldos.